INVASION -© [MARKHYUCK]

01: El último cumpleaños

[23 de marzo del 2023]

Era un día soleado, perfecto para una celebración en familia. Los Lee se preparaban para una ocasión especial: el cumpleaños número ocho de Renjun , el menor de la familia.La casa estaba llena de risas y el aroma de un pastel de chocolate, decorado con cuidado por su madre. Renjun con su sonrisa brillante y ojos llenos de ilusión, había esperado este día con ansias.

- ¡Mamá vámonos ya!- Grito el niño, tirando del brazo de su madre mientras ella revisaba por última vez la bolsa de regalos y la camara para capturar el momento de esta tarde.

Para este cumpleaños, el pequeño había escogido un destino muy especial: el centro comercial donde una nueva sonar de juegos mecánicos estaba apunto de ser inaugurada. Había soñado durante semanas con ese parque de diversiones bajo techo, y la idea de subirse a cada uno de esos juegos lo llevaba de emoción.

- Vamos, Ren, solo cálmate un poco, no va desaparecer.- dijo mark, su hermano mayor, con una sonrisa mientras le revolvía el cabello. A pesar de sus palabras, no podía evitar sentir el entusiasmo que erradiaba el pequeño. Después de todo, ver la felicidad de su hermanito era algo que le alegraba el día.

La familia se dirigió al centro comercial y , tan pronto como entraron, Renjun corrió hacia la zona de juegos.

El centro comercial estaba lleno de vida, con luces de colores y música que llenaba el aire. La zona de juegos mecánicos estaba decorada para la gran inauguración, y todo parecía especialmente diseñado para hacer felices a los niños. Renjun, apenas llegaron, soltó la mano de su madre y corrió hacia la entrada de los juegos con una risa alegre que resonó como una campanilla, llamando la atención de algunos curiosos.

Mark observaba a su hermano desde la distancia, sonriendo. Ver a Renjun así, tan lleno de energía y entusiasmo, hacía que algo cálido y tranquilo floreciera en su pecho. Era algo que le hacía olvidar por un momento los días en el hospital, el cansancio y las noches de preocupación. Renjun, tan pequeño y tan fuerte, luchaba contra una enfermedad que nadie debería enfrentar, y verlo feliz y despreocupado era un regalo que Mark apreciaba con todo su corazón.

-Deja que se divierta un poco más -murmuró Mark con una sonrisa hacia sus padres, quienes observaban a Renjun correr de un lado a otro, señalando cada juego con los ojos brillantes de emoción.

Mark sabía cuánto Renjun había deseado este día. Desde que le diagnosticaron leucemia, las cosas habían sido diferentes para la familia. Había días en los que Renjun apenas podía levantarse de la cama, otros en los que el tratamiento lo debilitaba tanto que incluso hablar le resultaba agotador. Pero hoy era distinto; hoy, Renjun no tenía ningún tubo conectado ni enfermeras vigilando. Hoy, su risa llenaba el aire y era libre, aunque solo fuera por unas horas.

-¡Mark, ven! ¡Mira este! -gritó Renjun desde el pequeño carrusel que acababa de descubrir, señalando los caballos de colores con entusiasmo.

Caminó hacia él, todavía sonriendo. Quería ver cada segundo de la felicidad de su hermano, grabarla en su memoria para los días difíciles. Se acercó al juego y se inclinó hacia Renjun, quien lo miraba con una expresión radiante, como si este fuera el mejor día de su vida.

-¿Ya decidiste en qué vas a subirte primero? -preguntó Mark, mientras Renjun miraba a su alrededor, indeciso entre tantas opciones.

-¡Quiero subirme a todos! -exclamó el niño, y Mark rió, contagiado por su entusiasmo.

Para Mark, esta era una de esas pocas veces en las que podía olvidarse del miedo, de la incertidumbre y la preocupación. Aquí, en este centro comercial, Renjun no era un niño enfermo; era simplemente su hermano pequeño, feliz y lleno de sueños.