•Cap 4•

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-Maldito hijo de puta!- escuche uno de los jarrones de la sala estanparse contra la puerta de mi habitación, despertandome

Abri la puerta sigilosamente, encarando abuela bola de rabia y nervous frente mio, se veía furioso, Sus manos temblaban y las venas en su cuello estaban a punto de explotar. Intente acercarme pero sin siquiera percatarse de mi presencia tomo el adorno sobre la mesa e intento de nuevo lanzarlo contra la pared. Se volteo y en una milésima de segundo vi como el objeto viajaba directamente hacia mi.

Corrió hacia donde pertenecía yo, adolorida en el suelo por el impacto y escuche como una de las puertas de las habitaciones de las niñas se abrió.

-Papi, ¿que pasa?- pregunto mi hija menos frotándose los ojitos con los puños

-nada mi cielo, lo siento, estaba algo enjado- hablo mi ahora más calmado esposo sobando el lugar donde había golpeado el adorno- lo lamento, no te vi salir, pensé que aún estaban en Busan

-volvimos hace a penas unas horas, te queríamos dar las sorpresa pero las niñas estaban cansadas y se quedaron dormidas- explique mientras me ponía de pie y veía como el se acercaba a la pequeña y la tomaban en sus brazos

-Oh, lamento haberlas despertado... te llevaré a la cama, preciosa- le dijo a la nenita que se acuerruco en su cuello susurrando lo mucho que le había extrañado.

Aún conmocionada por estado de ánimo de aquel hombre, me dispuse a prepararme un te para calmar las aguas y a la vez uno para el ya que se veía bastante tenso.

Justo antes de que la tetera empezará a silbar sentí como unas manos se posaron en mis caderas, esos dulces y amorosos besos que tanta falta me habían hecho se esparcieron por mi cuello hasta mi hombro desnudo.

-¿Te sientes bien?- asenti sumida en el éxtasis de sus caricias-siento mucho haberte lastimado, no sabía que estabas ahi

-esta bien, eso ya no importa- dije volteandose pasa recibir un apasionado beso en los labios- ¿Por qué estabas tan molestó?

-ni me lo recuerdes- susurro mientras resaltaba el nudo de mi bata y me subía sobre la encimera- ¿Quieres que hagamos un par más de gemelas?

-claro que si, pero me preocupa tu enojo de hace unos minutos, cariño- tome su rostro el cual se había dejado descansar en el medio de mis senos y acaricie sus cabellos hacia atrás esperando una respuesta

-¿Recuerdas el joven del que te hable? ¿El protegido de Junmyeon?- asenti para que continuara- desde que ese mocoso llegó el ha estado tras el en cada paso que da y facilitandoselo al máximo, si el quiere algo más atrás va Suho de chupamedias a dárselo y hoy fue la gota que colmó el vaso

-¿Qué sucedió?-

- No recuerdo si te había comentado sobre un nuevo proyecto que teníamos y entre ellos estaba el, el protegido y Yo, realmente sabía que Junmyeon no podría hacerse cargo de ello y supuse que por ser su socio y amigo, me daría la responsabilidad a mi dejándome al mando de ese lugar. Pero en cambio hoy en frente de todo el mundo se tomó la molestia de nombrar aquel bueno para nada como el nuevo gerente y no satisfecho con esto comenzó a alagarlo como si fuera su hijo y como si todo lo que hiciera fuera una maravilla

-Cariño, ya vendrá tu momento, deja de pensar tanto en ello- le dije intentando tranquilizarlo ya que estaba bastante tenso desde que comenzó a hablar

-tu no entiendes, Chaerin, ese puesto debía ser mio, ¿acaso tienes una mínima idea de lo grande e importante que era esto?... era mi oportunidad-se alejó de mi tomando la tetera entre sus manos y sirviendo una taza para ambos- estoy cansado de esperar mi momento. Este, precisamente, este era mi momento y por su maldita culpa una vez más lo perdí. Pero una cosa si te digo Chaerin y esto que no se te olvide. Ese malnacido hijo de papi me las va a pagar tarde o temprano, se va a arrepentir de haberme arruinado todas y cada una de las oportunidades que tenía.

Desenlace de un suicidio ||Park Chanyeol Y Tu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora