LOBOS SIN COLMILLOS »Y.M« ➳【Segunda Temporada】

➻ Capítulo 51

El cielo se cubrió de manera amenazante, cubriendo las estrellas finas y también a la hermosa Selene, la luna se preparaba para vestirse de gala en esta noche, hoy había eclipse. Y con el eclipse muchos estarían en su máximo esplendor. Mostrarían su verdadero ser.

Como cazador a su presa este cogió al más débil y lo destrozó, como un insignificante pétalo de rosa. Eso estaba haciendo JaeMin, un grupo de sus hombres entró hacia el pueblo matando a los centinelas de un solo zarpazo en el cuello. NamJoon había estado protegiendo muy bien a su manada. Pero para el menor eso era absolutamente nada.

Los gritos de auxilio empezaron y la sangre a correr por los suelos.

NamJoon alzo la cabeza al escuchar los gritos de auxilio que salían por todos lados de su manada, su corazón se oprimió, rápidamente salió de la mansión seguido de los demás, ante sus ojos veía como su pueblo se prendía en fuego violento y asesino, tan similar a cuando era un niño, con amenaza de arrasar con todo a su paso, sin piedad alguna.

Un centinela llegó a toda velocidad a él, este estaba sucio con tierra en su rostro y un lado de su cabeza sangrando.

_ Mi señor, nos atacaron desde el este, rodearon todo el pueblo, ya mande a las tropas para atacar pero hay bestias, hace mucho que no se veían_ informo agitado, el hombre tenía miedo a la muerte.

YoonGi sabia quien solamente podía traer a aquellas bestias, solo Lee JinKi, tenía el poder de regresar a esas pecadoras bestias con él, cuando el supuestamente murió con el desaparecieron aquellos monstruos, estuvieron dormidos, pero ahora había regresado y con él todas sus malditas plagas venenosas.

_ Hagan todo lo que pueden. ¿Han visto a JiHoon?_ el hombre negó ante la pregunta de su alfa.

_ No señor pero hay un muchacho en un corcel en la cima de la montaña observando todo y dando órdenes, intentamos acercarnos pero es fuerte, mato con solo una mirada a dos de nuestros hombre_ dijo con pena.

YoonGi alzo la mirada hacia donde supuestamente estaba el aprendiz de JiHoon, pero solo encontró vacío, tenía unas ansias de carne fresca, quitaría de su camino a cualquiera que fuese una amenaza y si podía ese niño que venía creyéndose la gran cosa.

_ deben defender todo, lleva a los heridos y a todos los demás a la torre del sur, JongHyun ya dio avisó. Protéjanlos, ve_ ordeno.

El centinela salió corriendo, las tropas de SiWon habían llegado y este rápidamente les ordeno ayudar en el pueblo que estaba siendo atacado, lo mismo hicieron JongHyun y SungMin.

_ Tengo un mal presentimiento_ murmuró HoSeok llevándose una mano al pecho, este empezó a doler sin razón alguna, TaeHyung y sus hijos estaban bien igual que JiMin, y DaWon estaba en su manada recibiendo a los heridos del Paradise, no sabía de donde provenía ese malestar.

NamJoon y YoonGi observaron al tercero. HoSeok les devolvió la mirada y miro hacia el cielo. Ellos lo siguieron la luna estaba completamente brillante pero había algo que se asomaba lentamente.

_ Un eclipse..._ susurró NamJoon.

¿Cuánto tiempo había pasado desde el último eclipse? No lo recordaba pero solo sabía que a JiMin estos sucesos eran muy importantes.

_ JiMin_ escucharon decir a YoonGi.

_ ¿Crees que pueda solo?_ pregunto HoSeok mirando a YoonGi de reojo, Min no se veía seguro de responder.

Aun recordaba a su pequeño hermano quejándose por el efecto del eclipse en él, no era como el celo, no, este era doloroso mentalmente, el menor perdía la conciencia y accionaba por instinto, y lo poco que quedaba de JiMin trataba de controlar todos sus dones que salían disparados. Y YoonGi ya había pasado junto al menor muchas noches de aquellas, cuando el lobo blanco de su omega se dejaba ver potente y el cómo su cuidador lo seguía a donde fuera, naturalmente JiMin corría hasta la cima de la montaña y dejaba que todos aquellos dones destructivos saliesen; quemando cosas, asesinando a pequeñas aves, entre otras. Pero el siempre cuidado de que no se dañase a sí mismo o que fuera por sangre de verdad. Esa era la naturaleza de JiMin, asesina, una leyenda que si existía pero que se guardaba celosamente profunda.