La chica de cuernos había notado a Tam algo distante, no sabía porqué pero cada vez que se intentaba acercar a ella terminaba siendo ignorada por la chica de cuencas, eso la molestaba.
—Tamara!— gritó ella al ver como la de cuencas la ignoraba.
—¡Estás siendo muy molesta!— dijo jalando del brazo de la contraria.—y que... Después de todo, lo nuestro no era nada especial para ti como pensaba— dijo la de cuencas con su antiguo tono de hablar.
—¿De que estás hablando?— dijo Tori.
—¡Me refiero a que nosotras no tenemos nada!... ¡Se lo de ti y esa tal Patricia!— gritó la de cuencas mientras unas lágrimas se asomaban en sus ojos.
La de cuerno no dijo nada y se quedó asombrada por lo que había dicho Tamara.
—Debí saber que esto era otro de tus estúpidos juegos Tori... — se soltó del agarre de la peliCuernos y se fue a su habitación.
Tori aún estaba asombrada por lo que había pasado.