Abrazo. » Jeon JungKook

Un abrazo

— Eso es todo chicos, nos vemos mañana.

La hora de salida había llegado, y el más emocionado por ello era el menor del grupo.

Tan rápido como pudo recogió todas sus cosas, despidiéndose de sus hyung's con palabras mudas y grandes manotazos al aire, escapando de su mánager cuando descubrió sus claras intenciones. Atravesó las puertas como si su vida dependiera de ello y lanzó besos al aire cuando sus superiores lo reprendieron por ser tan impulsivo, entrando en el ascensor que daba al estacionamiento y sonriendo con inocencia cuando Seokjin le apuntó enfadado por no esperarlos.

Y es que Jungkook no podía esperar, tenía que irse, tenía que verla de una buena vez. Dos semanas habían pasado, no creía aguantar un día más.

Condujo con precaución pero con algo de velocidad, golpeando con sus dedos el volante al ritmo de la música imaginaria en su cabeza, pensando en la forma en que ella le recibiría y en la suerte que tendría si la comida ya estuviera servida. Sonrió ante su último pensamiento, pues, aunque iba a visitar a su personita especial, realmente tenía mucha hambre.

Estacionó en su lugar habitual y le fue imposible no correr por las escaleras, demasiado ansioso por tenerla un día más entre sus brazos. Llegó a la puerta indicada y tocó con calma, escondiendo sus manos en sus bolsillos y casi mordiendo sus labios de la emoción por escuchar los pasos venir del otro lado. Escuchó la llave entrar y sus piernas temblaron, oyó el pasador retirarse y sus manos salieron de su escondite, la puerta se abrió un poco y brincó de felicidad al reconocer aquellos bellos ojos chocolate observando por el espacio que dejó la puerta.

Ya no pudo contenerse. Acortó los pasos que los separaban y abrió por completo la puerta con una lentitud digna de películas románticas. Sus miradas eran tan fijas en la persona contraria que pequeños y lindos corazones imaginarios volaban a su alrededor, ni qué decir de sus dedos inquietos por tocar al contrario y fundirse para siempre en un anhelado abrazo.

Era una imagen tan linda de presenciar, que quien los viera sentiría el amor en el aire.

— Chicos, no es que me guste interrumpir su bonito reencuentro pero los vecinos observan.

Ambos se sintieron avergonzados por ser descubiertos y con la mirada baja entraron al departamento sin soltarse las manos, sin dudar ni por un segundo que la madre de su persona favorita -y posible suegra- les haya mentido con tal de seguir tomando una que otra foto de lo lindos que se ven cuando vuelven a encontrarse.

Fue la última en entrar, y su sonrisa no se borró en toda la noche como digna seguidora de la pareja.

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(1/?)
Maratón especial por el cumpleaños de Kookie~

• Miss A •