Amanece. El sol se asoma entre nubes y da directo a la cueva. Me despierto pero me mantengo acostado. No sé qué haré hoy día. Prefiero seguir remoloneando y no pensar en nada. No tiene sentido recordar o imaginar nada, no me sirve aquí.
No puedo seguir durmiendo por más que trate. Desayunaré. A mi lado, una tetera vieja y ennegrecida, un brasero, restos de carbón y ceniza. Me levanto, tomo algunas ramas y paja que guardo para hacer el fuego. A veces me ayudo de una vieja lupa que traje cuando huí, si es que hay sol. Si no, tomo un par de cuarzos y los golpeo para hacer la llama. A veces resulta, a veces no.
Veo lo que tengo. Unos cuantos pescados resecados, restos de una gaviota que cacé, botellas con aguardiente de las que llegaron a la playa por casualidad, una botella con agua de vertiente. A lo que voy. Hervir el agua, llenar la jarra de cobre, ponerle algunas yerbas que recojo, y bebérmela. Para sobrevivir el día. A veces ni eso, me debo conformar con agua fría. Hace mucho que no como pan. Los recurrentes naufragios que ocurren cerca no suelen arrastrar comida, sino tablas, perillas, algunas cuerdas, cosas de navegantes.
Muchas veces este desayuno es lo único que consumo en el día. A ratos almuerzo, un pescado, una presa, un sorbo de aguardiente, paja mezclada con agua de mar. Incluso madera medio corrompida. Hay días en que no siento hambre, y sólo deseo dormir, dormir y dormir.
No sé si he cambiado de aspecto. No tengo espejo y nadie me ha visto desde que me marché. Sí sé que tengo una frondosa barba, el pelo ni tan largo ya que me lo corto con una tijera, y no me he cambiado de ropa. Me lavo de vez en cuando, si hace calor me baño en la playa, si hace frío no.
Hay momentos en que me asalta la nostalgia y la duda. Saber si mi familia preguntará por mí. Si alguien se acuerda o en verdad me olvidaron. Si la guerra continúa, o quién ganó. Pero al rato trato de olvidar. No sobreviviría si viviera pensando en ello. Mejor me dedico a estar aquí y a vivir el día a día.
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En la cueva
General FictionDesde hace tiempo vivo en esta cueva que mira al mar. Ya perdí la cuenta de los días, meses o años que he estado aquí. No llevo cuenta del tiempo que llevo acá, no tengo cómo. Vivo solo, no he tenido contacto con otro ser humano desde que escapé, a...