Desde aquella noche las cosas no son las mismas en la casa.
La señora me dijo que ya no durmiera más en la bodega, que mejor lo hiciera en el estar para que cuidara de las chicas. Me recalcó que no debía entrar por ningún motivo a las piezas de las señoritas y que no preguntara si escuchaba ruidos raros o conversaciones, que era mejor que quedaran en secreto. Yo debí aceptar, no podía perder el trabajo y además no sabía nada de lo que hablaba la señora.
Así, cada noche era un entrar y salir de hombres, algunos más decorosos que otros. Los recibía, preguntaban por tal o cual chica. Decía su nombre y ella aparecía. A veces se iban rápido a la pieza, a veces se quedaban en el comedor a beber y conversar. Yo, por supuesto, hacía de mozo, llevándoles cosas. Me extrañaba que cada noche fueran diferentes varones a la casa y sin embargo la misma chica les daba a todos un beso en la boca. Cuando era niño, sólo se besaba así a la pareja y nadie más, eso al menos era lo que veía en mis padres cuando era muy chico porque después nunca más.
Yo me quedaba o en el comedor o en uno de los sillones del estar cuando todos se iban a sus habitaciones. Escuchaba cosas extrañas. A las chicas les faltaba el aire, y a veces a los hombres también. Se oían risas, palabras que hoy cuando las recuerdo me dejan pegado, ruidos que eran un repetir de algo que se movía de un lado a otro. Declaraciones de amor, elogios a la belleza, al gozo, que se reiteraban una y otra vez con distintos sujetos. Con esas cosas me quedaba a ratos dormido. Pero no faltaban las veces en que un empujón sobre la puerta o una pared me despertaban. ¿Pasa algo ahí? Nada, era una cosa frecuente cuando me asustaba por ello.
Había noches más tranquilas y otras más agitadas. A veces en plena madrugada llegaba un tipo pidiendo a alguna de las muchachas. Otras veces ellos eran los que se iban en mitad de la noche. A veces las chicas iban de un lado a otro, con la oscuridad poco era lo que veía pero a ratos dejaban ver algo de cuerpo que jamás mostrarían en el día.
Con tanta cosa en la noche a veces en el día me sentía un poco cansado para hacer mis cosas. Mi sueño estaba intranquilo, hasta que una noche...
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En la cueva
Fiction généraleDesde hace tiempo vivo en esta cueva que mira al mar. Ya perdí la cuenta de los días, meses o años que he estado aquí. No llevo cuenta del tiempo que llevo acá, no tengo cómo. Vivo solo, no he tenido contacto con otro ser humano desde que escapé, a...