Y mire esos ojos oscuros.
Y aunque era el color más común, en lo personal, me parecieron hermosos.
Hermosos por sencillez.
Hermosos por la inocencia que a pesar de los años aún la conservaban.Esas pequeñas ventanas pintadas de un tono similar al de los granitos de café, fueron los que me quitaron poco a poco el sueño.
Me gustaba contemplarlo en mis noches de insomnio.
Él me producía insomnio.Sus ojos me producían una hermosa y rara sensación.
Y de alguna manera me gustaba.
Sin pensarlo mucho me embobe con él.Solo observaba el techo pensando en él.
Que ironía, pensaba en esos ojos tan simples, pensaba en el dueño de mis insomnios, pero sin ser nada más.
Él no era nada mío, ni yo de él.Él siendo tan él, tan sencillo pero con tanto que dar, tan grande pero con tanta inocencia.
Y me hizo sentir bien.Me sentí comoda siendo yo, no me preocupe por nada.
Me llamaba la atención, ¿Por que? Me gustaría saberlo.
Ya mis letras te las dedique un rato y si sigo mi tinta se acabara y el papel no me alcanzara
Tampoco te quiero agobiar de lo que me pongo a imaginar, ni menos de lo que me pongo a pensar cuando me dedicó a recitar.