A veces me siento tan triste que solo quiero llorar, llorar hasta sentir que no me queda ninguna lágrima, llorar de coraje, tristeza de una vida que estoy "viviendo" pero que no es mía
Dejo de ser mía hace tanto. Y empezó a ser de los demás, de sus expectativas, de sus ganas de que yo hiciera algo. De sus ganas de verme como una niña que nunca dice nada, que siempre está, cuando se está muriendo intoxicada.
Intoxicada del que diran, del "que buena niña eres, nunca dices nada", es que ella es así, nunca dice nada, ella no sabe, ella no sale, ella es así, inmóvil, de cristal.
De lo que se queda en "tú no necesitas nada, tú lo tienes aquí todo" "Para que te esfuerzas o buscas algo, si yo te doy todo"
Y me siento atorada, estancada. Tan sin ganas de hacer nada, de lo que me gusta ya no lo disfruto. Y me deprime más, me siento cada vez más un cascarón. Sin vida tan como una porcelana.
Tan no puedes decir nada por el como son contigo, por el no puedo contar nada porque me van a matar.
Por dónde todo es mejor esconderte y que nadie te voltee a ver.
No hables, no contestes, no llores, no rías muy fuerte, no te arregles, no te desarregles, no grites, no pienses diferente. Pero no dejes de sonreir, convive, no digas lo que yo no te deje decirAsí es como poco a poco me fui perdiendo. Así es como soy una muñeca, de cristal, de porcelana, sin vida, sin voz, sin voto, sin sueños, sin aspiraciones, sin nada.
Solo un bello cascarón