oscuro

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Un cuarto oscuro, un mar de lágrimas, una niña acostada.
Gemia de dolor.
Cicatrices de esos lobos que la lastimaban, tan frágil ella ya estaba
Pequeños ojos brillantes escondian tristeza y enojo, cansada ya de que la tuvieran encerrada y golpeada.
Desesperada y orillada a no tener otra salida se aventó; era más una solución para tanto dolor. Otra salida ella ya no encontró.
Aunque dependiente a sus fieles proveedores de lagrimas y dolores, la niña ya no sabia ni que tomarse
Miedo y chantaje sentia diariamente. La niña desesperada, no sabia como actuar, hablar.
Queria huir. Pero no tenia ni para eso

Te escribira mi lapizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora