Ha pasado un tiempo, entre largo y corto desde que dejamos de hablar, no podría contar los días porque la verdad la noción del tiempo cambio después de tu ausencia.
No me encuentro mal, no siento tristeza, no siento agonía, ni unas ganas asfixiantes de que vuelvas. Yo me encuentro estable, aliviada, caminando en el sendero de la lectura y el escribir, divagando con ideas en mi mente perdida, pensando mi futuro, en mi presente y en cada detalle de mi día.
Más sin embargo y sin pena alguna he de admitir que te extrañe, que moría cada día por saber un poco de ti, algo de ti, mucho de ti, de saber si me extrañabas, si me pensabas, si me querías, si volverías, y así sin fin.
Aún te quiero, aún te pienso, no, realmente aun vivo pensando en ti, en como estas, en si sonríes, lloras, algo te enoja, te molesta que fastidia o si realmente eres feliz.
Pero aún así, con mis ganas de saber de ti y las ganas de volverte a ver, debo decir, que hasta que no llegue ese día, espero no saber de ti, espero seas un fantasma, un mito, un cuento, una terrible fábula para dormir. Espero que hasta que no llegue ese día, vivas tu vida y yo la mía, vivas ardiendo entre tu fuego y fluyas atreves del sol.
Espero hasta ese día, camines otro sendero diferente al mío, que no te encuentre de esquina en esquina, que no amanezca tu mirada junto a la mía, hasta ese día.
Hasta el día en que te vea de nuevo caminando hacia mi con tu sonrisa, bella y tierna, con espíritu libre y fugaz, con tu energía insaciable, y te reciba con un abrazo, con un cariño, una caricia o mi corazón.
No se si llegara, no se si pasará, no lo esperare, pero si lo añorare.
Cuídate en tu camino. Con cariño...
...Más sin embargo y sin pena alguna, si tu mundo se derrumba, recuerda que toda pieza musical puede tener un interludio.
-H.