Yellow. Parte 1

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POV'S Can

Un terrible dolor de cabeza había sido el culpable de que despertara con unas terribles ganas de matar a quien había levantado las cortinas. Mire a mi alrededor, cómo es que estoy aquí, solo recuerdo haberme sentido muy animado de repente comenzando a bailar con algunos desconocidos…

Me levanté de golpe, causándome un fuerte dolor en las cien, y analice todo a mi alrededor. Mi ropa y zapatos estaban regados por el piso de la habitación de paredes amarillas cubiertos en vomito y mi cuerpo estaba usando un cómodo pijama blanco que me quedaba muy grande de las mangas. ¿En donde rayos termine?

¡OH POR BUDA! Y si yo…

—¡Can! Despertaste— Hablo una voz, mire a la persona parada frente a mi y me relaje un poco al ver quién era

—Pete...— Es lo único que puedo decir para después llevar mis manos a la cabeza, creo que me va explotar

—¡Esperen un momento! Como rayos termine en la casa de Pete si él no estaba con nosotros en la fiesta. Bueno nada se resuelve solo pensándolo.

—¿Como llegue aqui?— Digo de la nada, tratando de no lucir tan desesperado por saber qué pasaba

—Bueno— Pete hace una pausa para desviar la mirada de mi, tratando de contener una risa— Al parecer ayer te emborrachaste tanto que comenzaste a coquetear con todos en el bar— ¡Santo cielo! Eso no responde mi pregunta Pete— En el piso de arriba había una fiesta por parte de mi clase y no se como pero tu llegaste a ella ya ebrio y pues vomitaste… sobre Tin.

Seguramente ahora mi rostro era todo un poema ya que, podía sentir como el calor subía hasta mis mejillas y mi mente entraba en un estado de shock completo.

— Después de eso Tin y yo te trajimos hasta acá aunque claro en al principio se opuso— Claro que si iba a oponer, por no ser lo suficiente para su majestad ¡Puaj!

Me dejé caer en la cama, cansado y con un terrible dolor de cabeza. Pete se había sentado a mi lado evitando verme a los ojos mientras reía a lo bajo… Algo me está ocultando.

— Aunque ahora lo mejor será que te des un baño y tomes el desayuno— Dijo entre risas mientras deposita mi ropa en un cesto para después salir de la habitación.

Juro por mi vida que jamás volveré a ponerme ebrio.



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