🌙 :･тнє ωαƖкιηg ɗєαɗ✧❞ [C A N C E L A D A]

R O S I T A

❝XoXo❞

No me consideraba una persona deportiva, pero desde el plan de desviación de los caminantes en Alexandría había salido mal comencé a ejercitarme más de lo debido, consigo también entrenar lo movimientos con mi machete. Por un lado salía a expediciones varias veces y era algo que me mantenía ocupada la gran mayoría del tiempo, por otro lado una desventaja que tenía aquello era que casi siempre no me enteraba de las novedades sobre la comunidad, algo que es muy importante para todos los miembros.

Mi rostro estaba bañado en sudor, las gotas bajaban desde mi mandíbula hasta mis clavículas resaltandolas aún más, mientras que sentía un cosquilleo por aquellas partes. El calor estaba llegando y llevar una camisa mangas largas aumentaba mi calor. Caminaba hacia mi casa compartida y habitada por Abraham, Rosita y Eugene, la cual no con frecuencia era usada, pues los 4 estábamos muy ocupados en el día. Pude ver como Abraham salía de allí con una gran maleta, pero no notó mi presencia, no parecía en buen estado. Al entrar subí las escaleras y antes de atravesar el estrecho pasillo, la puerta de la habitación de Rosita se cerró de un portazo en la cara de Eugene, el cual se quedó pegado allí.

-Hey... -exclamé no tan alto llamando su atención-. ¿Que ocurrió? -pregunto curiosa con algo de preocupación-.

-Hey, creo que Abraham y Rosita no están bien -explica con su tan conocido tono de voz ronco e inexpresivo-. Deberías entrar -aconseja para alejarse sin decir más. Algo dudosa entro a la habitación-.

-Rosita... -la nombrada seca sus lágrimas con tanta brutalidad que temí que se fuera a lastimar-.

-¿Qué quieres? Deseo estar sola en estos momentos, vete -cruza sus brazos escondiéndose detrás de toda su fachada de chica ruda. Al darse vuelta alza una ceja, suponía por mi estado físico-. ¿Qué te ocurrió en la cara?

-¿Estás bien? ¿por qué Abraham se fue así de la casa? -pregunto secandome a duras penas el rostro, ignorando su pregunta-.

-Preocupate por tus asuntos -espeta luego de examinarme largos segundos-.

-No tengo asuntos de los cuales preocuparme por ahora, pero en éste momento me preocupo por ti -al decir aquello me arrepentí un poco. Mi amiga se había puesto a lagrimear enseguida y deseaba abrazarla, pero el sudor me lo impedía-.

-¿Puedo abrazarte? -murmuro esperando una negación de su parte pero ésta se lanza a mis brazos tomándome por sorpresa-.

-Hueles horrible -exclama junto a un sollozo-.

-Lo sé, todos los días y las horas de mi vida -palmeo su espalda apoyando mi mentón en su hombro-.

-Él y yo... Mejor dicho, él me dejó -murmura frotando su nariz en mi hombro. Era una costumbre, no podía evitarlo según ella-.

-Ah... me quedé sin palabras. Pero mira, él tendrá sus razones, sabes muy bien que nada es para siempre y debes guardar aquella relación con todos aquellos momentos felices en una parte de tu corazón mientras la relación haya sido sana. Tienes mi apoyo -me separo un poco de ella para alzar la comisura de mis labios sin mostrar mis dientes-.

-No esperaba esas palabras pero gracias, tienes razón, lamento ser dura contigo a veces -hace una mueca-.

-Supongo que es tu forma de ser...

-Sí... Pero sabes, no podré superar tan rápido a Abraham -admite con la mirada ida-. Yo, yo me enamoré de él porque nunca pensó que era débil como los muchachos de mi anterior grupo que trataban de protegerme a toda costa. Abraham sabía que era fuerte y podría cuidarme sola, después de todo estuve trabajando en el ejercito junto a él. Pero no sólo la fuerza física, sino psicológica, ambos estabamos detruidos por dentro de cierta forma pero combatimos día a día contra los demonios que nos atormentan, o nos atormentaban. Sé que me dejó por Sasha, y no lo odio, admito que no quiero aceptar lo que está pasando pero me gustaría decirle que me alegra que el sea felíz con alguién más... esto es increíble -sonríe sarcástica-.

Y la abracé. Sabía cada palabra dicha nada más me lo contaría a mí, pero me hace daño saber que algo aquí dentro está surgiendo por ella. No me aprovecharé de la situación, claro que no, el tiempo se dará solo sin alterarse, buscaré la forma en ayudarla con su estado sentimental y la empujare hacia delante como pueda. Al fín y al cabo es lo más que puedo hacer en éste caso.