🌙 :･тнє ωαƖкιηg ɗєαɗ✧❞ [C A N C E L A D A]

R O N

❝Fear❞

Cierro la revista de cosméticos que tenía en mis manos para dejarlo en la pequeña mesa de centro que se encontraba en la sala.
Entrecierro mis ojos y frunzo levemente el ceño debido a que la ventana de la habitación estaba abierta y la luz del amanecer traspasaba las cortinas livianas. Muevo mi vista un poco encontrando a mi amigo con la vista perdida y una expresión algo melancólica, sabía porqué y odiaba no encontrar las palabras para reconfortarlo.

Últimamente me he unido más a él luego del suceso que lo marcó, sin embargo el parecía de lo menos interesado en acercarse a mí, aún así no me impidió querer estar acompañandolo.

Desvío la mirada hacia mis manos las cuales estaban en mi regazo, tengo un pequeño debate en si hablar o dejar que el silencio siga alargandose pero decido que sí, a pesar de no saber exactamente que soltar sin equivocarme.

-Te acostumbraras, luego después de un tiempo te deja de doler o importar... -muerdo mi labio inferior reprochandome por soltar tal comentario sin un poco de sensibilidad, ¡pero hey!, la muerte de su padre fue un bien para él y su familia, personas como ése tipo tarde o temprano pagarían como nosotros igual algún día-.

El rubio me mira con tristeza, sus ojos expresaban inmensa tristeza, mientras que las ojeras que decoraban su rostro lo hacían ver demacrado, hecho por la falta de sueño la noche de ayer, seguramente debía verme igual o peor que mi amigo.

-Si así es como vivían ustedes allá afuera... yo no quiero hacerlo para volver a sentirlo -responde con voz rota-.

Hacemos contacto visual por segundos, su tristeza me había contagiado y volver a recordar el pasado era verdaderamente estresante, es como si vivieras en esos tiempos hasta formar un patrón, es angustiante.

-Decir aquello sólo muestra tu debilidad, pero comprendo -me apresuro a decir lo último-. Tenía el mismo pensamiento que el tuyo la primera vez, todos lo tuvimos, sin embargo vale la pena seguir el camino, te lo aseguro -murmuro pensativa-.

-Pero no quiero ir solo, tengo miedo, Hanna -de sus ojos finalmente brotaron las lágrimas que se había tomado el tiempo de aguantar y no dejar salir-.

No supe que decir, era mala con las palabras, trataba de ser lo más alentadora posible, sin embargo no me salía. Pero las acciones demuestran mucho más que las palabras. Camino con algunos escrúpulos hacia su dirección sentándome a su lado para enrrollar mis brazos alrededor de su cuello y que éste se sintiera libre de tener un hombro con el cual desahogarse.