Capítulo 7

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Es extraña nuestra relación con otros, no diría que compleja porque realmente es muy sencilla pero tenemos la facilidad de complicarlo todo.
El señor que atiende el almacén a cuatro cuadras se divorció de su esposa, dice que todavía se quieren pero no pueden estar juntos, no entiendo. La hija de la vecina está siempre con una amiga pero cuando se junta con otras le critica hasta la forma de caminar, no sé por qué.
Los seres humanos no podemos vivir sin problemas y cuando no los tenemos, los inventamos. Quizá por eso el matrimonio acabó, tal vez estaban tan bien juntos que se aburrieron y decidieron sufrir un poco para luego regresar como si resolviesen la cuestión. Obviamente de manera inconsciente, dudo que alguno se haya despertado por la mañana diciendo "hoy me divorciaré porque todo está demasiado tranquilo", aunque, ¿quien sabe, no?
Solemos confundir los sentimientos y le atribuímos nuestras culpas a los demás; como la chica de al lado que se queja de los zapatos de su amiga pero por la noche usa unos parecidos e intenta mantener el equilibrio. O comenta que a ningún hombre le parece atractiva porque ella le roba el foco de atención, yo creo que es porque le pega a su perro y no se lava los dientes, aunque su teoría podría ser válida.
De esta forma vamos enredando innecesariamente un hilo. Si fuésemos más sinceros o nos comunicasemos, seríamos felices con la gente que nos rodea.
Así el del almacén seguiría casado con quien ama.
Así la vecina terminaría con esa amistad tóxica.
Así no nos arrepentiríamos de muchas cosas.
Así no habría llegado a la luz.
¿O eso hubiese pasado igual?

Desde mi luz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora