Prólogo

716 42 3
                                    

Estamos todos en el estudio de grabación, esperando por vos, los chicos empezaron a suponer que estabas con ella, así que decidieron perdonar tu retraso de ante mano. Después de varios minutos apareciste. Entraste por aquella puerta, tan perfecto como siempre, tu rulos un poco revueltos y esa sonrisa que derrite a cualquier persona, tus ojos pasearon rápidamente por todo el estudio, hasta que finalmente lograron encontrarse con los míos, el marrón y el verde colisionaron.

— Siento llegar tarde. — te disculpaste con todos, pero me mirabas a mi, efectivamente habías estado con ella.

Bajé mi cabeza y evité tu mirada. Me lastimas y lo sabes ¿Por qué tuve que enamorarme de vos? ¿Por qué simplemente no puedo sacarte de mi mente?

En todo el tiempo que estuvimos metidos en esa pequeña cabina, no dejé de sentir tus ojos verdes taladrándome, y yo, yo aunque no quisiera mirarte, no podía dejar de hacerlo. Cuando los chicos estaban distraídos hablando de cualquier cosa, te acercaste tanto a mi, que nuestras manos rozaron, y vacilante entrelazaste tu manos a la mía.

— Lo siento. — susurraste cerca de mi oído y apretaste mi mano suavemente.

Te miré con tristeza ¿Qué podía hacer? No podía enojarme, eras de ella.

Cuando terminamos de grabar, me sacaste de aquel lugar con excusa de que me tenías que contar algo importante, como siempre los demás no sospecharon nada, claro, sos mi mejor amigo. Una vez fuera, miraste hacia los lados, revisando que no hubiese nadie cerca y me besaste con tus manos aferradas a mi rostro, haciendo el beso más profundo e intenso, no me podía alejar ni aunque quisiera, me necesitabas y te necesitaba.

¿Cómo llegamos a esto? ¿Cómo llegaste a ser tan indispensable para mí? ¿Cómo empecé a necesitar tus besos tanto como respirar? No lo sé, pero simplemente sucedió. Sentí como tu dulce lengua se adentraba en mi boca, para encontrarse con la mía, que siempre estaba deseosa de ti, inmediatamente un calor recorrió mi cuerpo entero.

Escuchamos unos pasos ala distancia y con brusquedad me alejaste. Te miré y tenías los labios rojos, levemente hinchados, supongo que los míos están en igual condición por ese beso que nos acabábamos de dar, apenas si pudimos recuperar el aliento cuando los chicos salieron.

— Después continuamos — susurraste tan bajito que apenas yo te pude escuchar.

Y sonreíste, sonreíste con esa sonrisa tan hermosa que solo vos podes dar.

Disimula || Quallicchio (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora