Disimula || Quallicchio (adaptación)

XI

Chiquis me había confundido con el capítulo anterior :( so acá está completo. y aclaro que el smut lo escribí yo, porque la fic original no tenía, y yo sé que a ustedes les encanta, deprevadas/os. Ya solo queda el epílogo.

(...)

Y ten valor...

Ya no estabas, te fuiste, con ella, como siempre. Lágrimas corrían por mi rostro sin poderlas detener. Mi corazón es tuyo, siempre fue tuyo, y ahora estoy vacío. Lloré fuerte, muy fuerte, como nunca, con mi cabeza entre mis manos, estirando mi pelo, desesperado, ya no aguanto más, no puedo más, no puedo con esto, no otra vez. El vacío en mi pecho era terrible, un dolor inexplicable que no tiene comparación. Me dejé caer de nuevo en la cama, manchando las sábanas con mis lágrimas. Agarré una almohada y hundí mi cabeza en ella. Grité, grité, liberando todo el dolor que estaba dentro mío.

No tengo noción de cuanto tiempo pasó. No me moví, mis ojos miraban un punto fijo en la nada, no sabía que pensar, ni que hacer. El llanto había disminuido, pero las lágrimas seguían saliendo lentas y silenciosas.

Me paré de la cama, y saqué mi bolso, empecé a guardar mis cosas inconscientemente, no sé que es lo que estoy haciendo.

Terminé y giré sobre mi mismo, con el bolso entre mis brazos. Estabas en la puerta, mirándome, tus ojos eran rojos, al igual que los míos, habías llorado.

— ¿Qué haces? — preguntaste con pánico en tu mirada cuando viste mi equipaje hecho.

No lo sé ¿Qué estoy haciendo?

— ¿Me voy? — dije bajito.

— No lo hagas. — tus ojos amenazaban con empezar a llorar.

No llores mi amor, no llores. Si lloras yo... no puedo.

— ¿Sabes qué Gabi? — dije mirando al piso, evitando tu mirada. — Andate con ella, sé feliz, ámense, si vos estás feliz, yo... — mi voz se cortó.

— ¡Renato basta! — dijiste dolido. — Terminé con ella. —

Mis ojos vidriosos, se abrieron, exorbitantes.

— ¿Estás bien? — no pude evitar preguntar, vos sos lo más importante para mi. Tu dolor es mi dolor.

— Renato, ¡por Dios! — dijiste derramando lágrimas, mientras te acercabas y tomaste mis manos entre las tuyas. —Sos lo que más me importa, terminé con ella, pero no es porque nos haya visto, de todos modos iba a hacerlo. No podía seguir haciéndote esto. No te das la menor idea de como me siento cuando sé que lloras por mi culpa. Si estoy llorando es porque no puedo creer lo mierda que fui por hacerte todo esto.—

— Pero vos la queres. — logré decir.

— Pero a vos te amo. — soltaste mis manos y tomaste mi rostro para que pudiera verte. — Tato, te amo y no puedo ni quiero cambiarlo. Cuando no estoy con vos me vuelvo loco y lo único que espero es ver tus ojos, y tu hermosa sonrisa, esos labios que me dejan siempre con ganas de más. Sos todo para mí. — tus lágrimas aumentaron, te costaba hablar y yo me derretía de amor. — Te amo mi amor, perdoname por todo lo que te hice pasar.

No pude soportarlo, mis ojos se aguaron. Me estabas confesando tu amor por primera vez. Acariciaste mis labios con dulzura. Te acercaste y me besaste, me besaste lentamente, mientras tus lágrimas se mezclaban con las mías.