ㅤtwenty three.

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CAP. NARRADO
POR OLIVIA

—Llegamos.

La voz del chófer me sacó completamente de mi trance y miré por la ventanilla para ver dónde nos encontrábamos.

Joey pagó al conductor y seguidamente le agradeció. Cuando bajamos, él tomó mi mano, provocando que una corriente fuera desde la punta de mis dedos hasta la planta de mis pies.

Intenté ignorar toda ese cantidad de sentimientos que me bombardearon en ese momento y me concentré en observar con el ceño fruncido, el edificio que estaba frente a nosotros.

—¿Es una broma? —lo miré incrédula— ¿la escuela? ¿de verdad?

Rió levemente y se puso detrás de mi, sin decir ni una palabra. Luego de unos segundos, sentí como tapaba mis ojos con una venda, haciendo que el nerviosismo comenzara a hacerse presente en mi cuerpo.

—Joey.. —con un tono de advertencia en mi voz, intenté quitarme la venda pero él me detuvo al instante.

—Tranquila —susurró en mi oído, haciendo que mis piernas temblaran levemente— estás conmigo, prometo que no te pasará nada.

De alguna forma, sus palabras lograron tranquilizarme. Asentí depositando toda mi confianza en él y luego de unos minutos, comenzamos a caminar.

Él estaba detrás de mi, con sus manos en mi cintura mientras me guiaba por donde tenía que ir y para evitar que me tropezara, aunque en algunas ocasiones, se le "olvidaba" que tenía los ojos vendados y no me avisaba que habían escalones, haciendo que mi cara casi bese el suelo.

Después de varios minutos caminado, nos detuvimos y pude sentir como él se ponía frente a mi.

—¿No puedes ver nada, verdad? —negué— ¡no me mientas!

—Te digo que no Birlem —reí— ¿qué tramas?

Sin decir ni una palabra, tomó mi brazo e hizo que avanzara un poco más, para luego alejarse de mí. Y sin poder evitarlo, nuevamente los nervios comenzaron a apoderarse de mi. Llevé mis manos a la venda en mis ojos e intenté quitármela, pero la mano de Joey lo impidió con rapidez.

—Te dije que no te la quitaras —me regañó.

—Tengo miedo —susurré. No se donde había salido eso, pero me sentí extraña al sentir el suave apretón de su mano en mi brazo.

—No tienes porqué —susurró de la misma forma, pero esta vez un poco más cerca de mi rostro— espera aquí, no hagas nada.

Me demoré unos instantes en contestar, hasta que finalmente asentí dudosa. Dejé de sentir su tacto y por alguna extraña razón, una sensación de vacío y necesidad de volver a sentirlo me invadió.

Luego de un rato de puro silencio, un ruido fuerte se escuchó por todo el lugar. Sonaba como si estuvieran empujando algo, una puerta muy pesada específicamente. Posterior a eso, sentí sus manos en mi cintura de nuevo, cosa que me tomó por sorpresa e hizo que pegara un pequeño salto.

—Tranquila Olivia, soy yo.

Comenzamos a caminar hasta que volvimos a detenernos en algún lugar. Sentía la fría brisa del viento golpear contra mis brazos desnudos, haciendo que mis pelos se pusieran de punta.

Desató suavemente la venda en mis ojos y finalmente cuando ya pude ver, mis ojos se abrieron con sorpresa al ver todo lo que estaba allí.

Una mesa con velas, luces y el hermoso cielo estrellado estaban en mi campo de visión, provocando, que de alguna forma, millones de emociones comenzaran a golpear contra mi.

—Esto es hermoso, Joey.

Caminé hacia la mesa por el sendero de pétalos de rosa que estaba en el suelo y admiré todo con mucha atención. Se notaba el trabajo que había llevado armarlo e incluso todo el dinero que se había gastado, cosa que de alguna forma, me hizo sentir especial.

—¿Te gusta? —sentí su respiración en mi nuca, dándome cuenta de su cercanía. Cerré mis ojos por unos segundos y me dejé llevar por el momento.

Respiré ondo y tomé valor, di media vuelta para quedar cara a cara con él y poder observar su rostro con mayor atención. Nuestras respiraciones se mezclaban y en cierto punto, habíamos comenzado una guerra de miradas, que ninguno estaba dispuesto a perder. Todo a nuestro alrededor parecía haberse detenido, se sentía como si solo estuviéramos nosotros dos pisando el planeta, completamente solos.

—Es perfecto Joey —susurré sin apartar mi mirada, como si estuviera hipnotizada por sus preciosos ojos.

Nuestros labios se rozaban y por un segundo, él bajó su mirada a los míos; los observaba con deseo, con ansias, como si se muriera por besarlos de una y mil formas.

Comenzó a acercarse lentamente hasta que cortó la distancia entre ambos. No era un beso realmente, solo un choque de labios, pero aún así se sentía hermoso. La adrenalina corría por mi cuerpo al igual que el nerviosismo, el cual me jugaba una mala pasada.

Después de unos segundos, que se sintieron los más cortos de mi vida, se separó y sonrió levemente volviendo a mirarme a los ojos. Mis labios aún sentían ese hormigueo, como si los suyos aún siguieran allí y la necesidad de volver a besarlo solo aumentaba con casa minuto que pasaba.

—Vamos a sentarnos — habló finalmente, alejándose de mi y provocando que asintiera de manera autónoma.

Estaba atontada, ese beso me había quitado el aire, en mi mente se seguía repitiendo la misma escena, me estaba torturando a mi misma y quería darme una bofetada por eso.

Cuando estuvo lo suficientemente lejos, dejé de sentir el calor de su cuerpo cerca del mío, sentí la necesidad de agarrarlo y atraerlo de nuevo para siguiera besándome, para que terminara lo que comenzó, pero simplemente me contuve y cerré mis ojos intentando calmarme.

Me di la vuelta y él se apresuró para poder correr mi silla, así yo podría tomar asiento. Le sonreí en forma de agradecimiento y esperé a que él hiciera lo mismo frente a mi.

Cuando estuvimos uno frente al otro, ninguno decía una sola palabra, solo nos mirábamos y nos deleitábamos con el silencio. Aunque hay que aclarar que no era un silencio incómodo, al contrario, era de esos que se necesitan, solo con mirarnos nos decíamos todo.

VANICKSTINsince 2017

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𝐀𝐍𝐒𝐖𝐄𝐑𝐒 ━━ joey birlem.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora