Los chicos seguramente se habrían ido hace unas pocas horas, recién eran las ocho de la noche y el cielo estaba oscuro como si fuesen las diez de la noche. Agustín se había ido a su habitación hace varios minutos, furioso, por nuestra pelea. Sinceramente no me importa y como me encontraba aburrida agarre mi celular y comencé a mandarle mensajes a mi familia.
¿Cómo están?
Espero que sigan la abuela y Jackie para cuando vuelva.
Ya los extraño a todos.
Mientras le mandaba mensajes a mi familia se escuchaban ruidos, un poco raros, desde afuera.
Cabe mencionar que la cabaña está un poco alejada de donde viven la mayoría de la gente, quizá este a doscientos metros; no es mucho pero estamos un poco alejados y no tenemos vecinos, solo los pinos.Con el ceño fruncido, dejé mi celular y me puse de pie. Me acerque a dónde provenían los ruidos que era cerca de las ventanas; los ruidos comenzaron a disminuir. Intenté observar algo por la ventana pero solamente se veía nieve y el bosque más atrás; estaba oscuro allá afuera y yo estaba un poco asustada y quizá por eso no logré encontrar el causante de los ruidos. Mientras seguía observando por la ventana, mis piernas temblaban, se comenzó a escuchar pasos apresurados por alrededor de la cabaña. Corrí como una fiera hasta la puerta principal y le puse seguro.
Ya no podía seguir aquí con miedo así que sin más remedio; fui a buscarlo a Agustín.
—Ag-Agustin.— dije tocando su puerta. Las palabras me salían como si estuviera nerviosa; no lo estaba, solo estaba asustada. Agustín no abrió así que decidí no dejar de tocar apresuradamente la puerta hasta que esté abriera.
Agustín no se le ocurrió abrir, así que sin más decidí abrir la puerta de su habitación por mi misma. No me gustaba invadir la privacidad de nadie pero alguien estaba afuera; y eso me alarmaba demasiado. Obviamente los chicos no eran.
Abro su puerta, la habitación está oscura pero al abrir la puerta ingresa la luz y puedo observar a Agustín acostado en su cama mirándome con el ceño fruncido.—¿Qué?— me miró de mala gana.— ¿Quieres dormir conmigo Canelita? — elevó sus cejas y hablo con picardía. Quise reírme pero el miedo que tenía en ese momento no me lo permitió. Sin más remedio me acerque a el para levantarlo.— Espera ¿Que haces? — dijo alarmado. No estaba para responder sus preguntas así que comencé a quitarle las sábanas que tenía encima; hasta que me encontré que no tenía remera y estaba con un boxer.
Oh joder, al parecer te has marcado mejor el abdomen.
¡No es tiempo de admirar a tu ex! ¡Estas asustada Carolina! Recuerdalo.
—Hay alguien afuera.— agarre su mano tratando se pusiera de pie.— Tengo miedo.— esto último susurré aún tirando su mano.
— Ay Canelita, si querías verme podrías haberlo dicho ¡No era necesario que vengas a quitarme las sábanas para verme en ropa interior!— ignoro lo que le dije y chillo como un niño. Quizá si no estuviera asustada el rostro me ardería de la vergüenza pero eso no sucedió.
— Lo siento, no quería entrar así nomás.— negué rápidamente con mi cabeza.— Joder Agustín, no quería verte en ropa interior ¡Solo quiero que me ayudes!— chillé haciendo una mueca.
—Podrías haber tocado la puerta.— me miró de mala gana.— Encima me viste en ropa interior.— exclamó como una chica mientras se ponía de pie y se tapaba con la sábana.
— Ay Agustín ¡Toque mil veces esa puerta!— puse los ojos en blanco, cabe mencionar que aún seguía tirando de su mano para que saliera de la habitación.— ¿Que te enojas? Tú viste mis senos.— eleve mis hombros. Recordando el incidente hace un año quizá.
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Team Work (Aguslina)
FanfictionAgustín y Carolina; sus alturas no coinciden, sus maneras de pensar tampoco; mucho menos sus gustos. Son realmente opuestos; como el hielo y el fuego. Pero ambos tienen una increíble amistad a pesar de sus diferencias. Pero ambos saben que hay alg...