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Podía escuchar tu voz. Incluso desde el segundo piso. Con la puerta de mi habitación cerrada. Podía oírte hablar con KyungSoo. Tu voz siempre había sido más potente y escandalosa que la de mi hermano, que siempre parecía hablar con una calma más que estudiada.

Pero no sonabas para nada escandaloso, ni siquiera parecía que fuera el timbre de tu voz. Ese color de voz juguetón. Sonabas solo como alguien diciendo las palabras necesarias en un tono completamente neutro.

Hace un mes que habías dejado de hablarme y hace dos semanas que me evitas por completo. Corriste como si yo fuera una pesadilla que se había vuelto realidad. Te escondiste como si yo fuera una clase de molestia que debías alejar.

Mi vida, emocionalmente, estaba en caída libre, cada vez precipitándose de manera más rápida hacia el suelo. Y no sabía qué hacer ni cómo manejar lo que sentía en mi interior. Solo iba de un día al otro, turbada, entumecida, llena de tanto.

Intentaba hacer todo lo que siempre hacía. Pero todo parecía el doble de difícil de lo que siempre había sido. La mayor parte del tiempo solo quería estar tumbada, dejando las horas pasar. La mayor parte del tiempo quería estar dormida, sin pensar.

Así iban pasando mis días y mi vida.

Y nadie me decía nada de la tuya. Todos solo parecían omitirte cuando yo estaba cerca. Siempre tuviste ese poder en tus amigos, que lo que dijeras ellos no dudarían en hacerlo. Pero siempre dijiste que era más astuta de lo que la gente creía, que era mi factor sorpresa, enterarme de cosas que los demás evitaban comentar.

Y así, como en un puzle con demasiadas piezas, había ido dilucidando pequeños pedazos de lo que iba siendo tu vida desde que me habías quitado de en medio. Cosas como que vivías entre la casa de JongIn y la de SeHun, de lo que suponía que las cosas con tu madre se habían jodido completamente. También, que te habían llevado dos veces detenido la misma semana, ambas por peleas en espacio público. Me tomó tiempo persuadir a KyungSoo para que me lo contara, pero yo lo había oído salir en la madrugada en su auto y, a pesar de su negatividad, no le había quedado más que contarme.

Me enteré también de que tu cabello ahora era de un rojo intenso.

-Iré a comprar algunas cosas ¿quieres que te traiga algo de comer? –. La cabeza de KyungSoo asomó por la puerta de mi habitación. Su ceño se frunció como si algo de repente le empezara a molestar. Negué con la cabeza, mientras me volvía a recostar sobre la almohada de mi cama, deseando poder dormir, pero el insomnio llevaba días haciendo estragos en mi cuerpo, e intentar dormir terminaba siendo algo tortuoso. Y esas noches en que lograba conciliar unas horas de sueño, mi cabeza jugaba con tu imagen.

"Y sigo despertando cada mañana, pero no es contigo."

COLORS ° SHOT| Park ChanYeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora