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- ¿Por qué quieres esto? – me preguntaste, separándome de ti lo suficiente para que nos pudiésemos mirar.

Me habías pillado por sorpresa y no sabía qué responder.

Nuestras respiraciones estaban agitadas y se cruzaban entre sí. Podía sentir tu aliento, no había ningún rastro de alcohol en él, aunque te había observado repetidas veces llevarte un vaso rojo a los labios. Yo, en cambio, había necesitado del alcohol para desinhibirme. Sobre todo cuando te había visto como coqueteabas con descaro con otra chica.

Sabía que me habías visto llegar. Estabas con JongDae, quien gritó mi nombre y el de KyungSoo, pero cuando llegamos a su lado tú ya habías escapado. Y así lo seguiste haciendo durante la noche. Ni siquiera había intentado acercarme a ti pero, tú, actuabas como si te estuviera asechando por todo el lugar. Teníamos amigos en común, era inevitable no coincidir.

Cuando te vi con esa chica, comenzando un jugueteo con sus bocas, la presión en mi cuerpo aumentó, y mis mejillas ardían. Nadie se había percatado de lo que pasaba, todos estaban demasiado borrachos y drogados, pero yo no había bebido lo suficiente como para no darme cuenta de que lo estaba pasando y que lo hacías apropósito. El tiempo siempre ayuda a superar las cosas, pero sentía que tú eras más que el tiempo y los estragos que habías causado en mí no eran de esas cosas que uno superara con el paso de este.

Así que cuando te atrapé en la cocina, no pude evitar sonreír ante lo vulnerable que te veías tomado por sorpresa. No te di tiempo para nada. Pegué mis labios a los tuyos y te comencé a besar con movimientos rápidos, con desesperación, como si intentara borrar los rastros de unos labios anteriores y el tiempo en que no había podido sentir tus labios en los míos.

Una de tus manos se aferró a mi cadera, mientras que la otra estaba sobre mi cara. Habías terminado sentado en un banco y yo entre tus piernas. Aunque era lo suficientemente alta para no parecer tu llavero y para besarte sin tener que hacer que tu cabeza se doblara más de la cuenta, sentado tu boca quedaba a la misma altura que la mía.

Tus ojos estaban medio cerrados y tu respiración era más rápida cuando separaste tus labios de los míos. Me relamí los labios pensando que quizá necesitabas una pausa para recuperarte de la manera en la que te abordé. Pero me descolocó lo que siguió a continuación.

- ¿Por qué quieres esto? – tu pregunta había vuelto a resonar en mi cabeza. Había bajado tu mano hasta mi trasero, dando a entender que quería que me tocaras y que no te mantuvieras tan puritanamente, como si mis labios fueran lo único que te permitía tocar. Y ahora tus manos en mi trasero se sentían mal, realmente mal, porque no era ahí donde realmente las quería.

Las palabras no acudieron a mí, por más que intenté buscarlas. Todo lo que por mi cabeza pasaba se fue a pique cuando tu cuerpo se alejó, terminando cualquier contacto entre los dos, y después cuando te fuiste fue como si un agujero negro me consumiera por dentro.

"Estás desgarrado por cada filo, pero eres una obra maestra."

COLORS ° SHOT| Park ChanYeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora