Educación Sexual

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Ukai caminaba como cada tarde hacia el gimnasio del instituto. A medida que se acercaba siempre oía los gritos de sus escandalosos alumnos, pero ese día no se oía nada más que el golpear de balones. Sospechoso… Muy sospechoso. 

—Eh, ¿no falta hoy mucha gente por aquí? —preguntó el entrenador Ukai, nada más poner un pie en el gimnasio y notar un aura de tranquilidad y paz. Escalofriante paz.

—Los alumnos de segundo curso tienen hoy las charlas sobre educación entrenador tal vez aún están allí —aclaró Suga—. Esas cosas suelen ser largas.

—E insufribles… —murmuró Asahi.

—¿Aún tienes el disgusto del año pasado, hombre? —se rió Daichi—. Que mal lo pasó…

—¡Cierto! Vosotros la tuvisteis el año pasado… —pensó Hinata en voz alta.

—Y nosotros el que viene —terminó de decir Kageyama, pero este lo hizo con un tono más solemne: no quería que ese momento llegara.

Tsukishima y Yamaguchi pensaban igual que Kageyama y querían dejar el tema para centrarse en entrenar. Sin embargo, Hinata no veía para tanto el asunto, pues no veía maldad en una charla.

Antes de poder dejar el tema correr la puerta del gimnasio se abrió de un portazo y los de segundo entraron a toda carrera, disculpándose por la tardanza.

—¿Habéis empezado sin nosotros? —preguntó Tanaka.

—Ese era el plan… Pero habéis llegado a tiempo —contestó Tsukishima.

—¿Y qué tal las charlas? —preguntó con un poquito de dulce maldad Suga. Asahi se puso sombrío solo de recordar su experiencia.

—Nada nuevo, larga y aburrida, como cualquier otra charla.

—Las chicas de clase todas sonrojaditas —comentaban los de segundo— aunque me ha preocupado eso de que al final nos hayan separado a los chicos de las chicas, ¿qué les habrán dicho a ellas?

—Oye, Noya ¿y tú? Estás muy quieto, para ser tú… —comentó Daichi.           

—Yo… Yo… He aprendido cosas —dijo como iluminado por una fuerza superior.  

—Pero, bro… ¿No sabías nada o qué? —bromeó Tanaka golpeándole en el hombro.

—Yo creía que sí. Ahora veo que no. ¡Hinata! —corrió hasta él y poniendo una mano en su hombro, le miró muy serio—. Aprovecha este último año de tu infancia. Qué rápido se va —se tapaba las lágrimas con el brazo.

—¡Ya no me considero un niño! ¿Por qué no le dices lo mismo a los demás de primero?

—En ellos ya no hay inocencia que salvar. Tú eres la esperanza pura del Karasuno.  

—¿No era el señuelo definitivo?

—¡Eso! Y más puro que Asahi no hay nadie —se burló de nuevo Suga. Nunca era malo, pero ver la cara de Asahi cuanto tocaban temas truculentos no tenía precio.    

—Ni quiero imaginar qué “sabía” antes, para que esas charlas tan básicas le hayan dejado tan shockeado —comentó Ennoshita a Narita.

—Pero, ¿¡esas clases son legales de verdad!? Osea, ¿nos pueden hablar de todo eso? Somos menores, ¿¡el director lo sabe!? —continuaba gritando Yuu.

—¡Venga estais muy alterados! —protestó el entrenador al ver que aquello se desmadraba por momentos—. Todos a calentar ya, a correr.

Los muchachos le hicieron caso y comenzaron a dar vueltas a la pista, naturalmente Noya no callaba, pero al menos no se echaría a perder todo un día de entrenamiento.

Educación Sexual [HAIKYUU] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora