Capítulo 3

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Cuando logré dormirme, pude soñar con ella, fue tan mágico y real el sueño. Si no mal recuerdo, seguia en la fiesta pero era diferente, si hablabamos y hasta conseguía ese beso que tanto soñaba. Ella era eso, un sueño único e inigualable que yo anhelaba, corría con la suerte de poder hablarle, pero tenía la inseguridad de poder perderla. No quería dejar de hablarle, no quería perderla. Yo sabía que cualquier persona que se permitiera mirarla con los mismos ojos que la veía yo, iba a enamorarse de ella, aún no estando enamorado yo lo sabía, sabía que tarde o temprano me iba a enamorar de ella.

La mañana siguiente tarde en hablarle, ya que ella no lo hacía, iniciamos una conversacion normal en la cual me decía que la fiesta era mala, y que habían tenido mejores. Pensé que no había sido mi mejor noche, ya que había asistido a demasiadas fiestas, y justamente esa no era del tipo de fiestas a las que yo iba, era mas tranquila por así decirlo. Empezamos a hablar de lo tímido que era, y de lo cual ya le había contado, ella también lo era y me termino saludando obligadamente. La charla iba de la mejor manera, hasta que se le ocurrió decirme que todos los que estaban vestidos con buzos azules estaban re buenos, sentía que se me rompía el corazón en mil pedazos, yo estaba loco por ella. Y ella miraba a otros chicos, yo ya había optado por no mirar a otra persona con los mismos ojos. Me acuerdo que no pude evitar contestarle como si estuviera enojado, pero simpáticamente para que no pensará que estaba celoso, pero si estaba celoso, estaba muy celoso. Estaba tan celoso que mis deseos se basaban en tener la cara de esos chicos o prenderlos fuego en el intento. Pase el día hablando con ella, de diferentes cosas, ella no sabía muchas cosas de mi, ni yo de ella. Seguíamos conociéndonos de a poco, seguiamos aferrandonos mas. 

Pasaron un par de días de nuestras charlas y dejo de hablarme. Yo había hablado con Silvana, la cual había hablado con ella y no quería contarme, me parecía raro que mi profesora me diga que al final intente una amistad porque no iba a funcionar, que ella había tenido un solo novio y que yo estaba acostumbrado a algo diferente (Me invadía el deseo de tenerla a ella, la quería a Iara, cuanto mas imposible era nuestro amor. Mas lo deseaba, lo deseaba como desea un tigre a su presa, la deseaba como nunca habia deseado algo en mi vida. Era capaz de cualquier cosa con tal de estar con ella, era una amor loco, yo estaba loco y sin amarla de la manera que lo hago, sigo estando loco. Voy enloqueciendo cada día más, pero luego hablo de mi locura) me acuerdo que Silvana me decía que se había confundido cuando dijo que haciamos linda pareja, pero era tarde, tarde siempre tarde. Ya me había hecho todas las ilusiones de que mi nuevo amor vivía en Banfield, y de que iba a estar con ella todo lo que me restara de vida. Ya me había imaginado toda una vida feliz, no la dejaba de pensar, y yo me negué por primera vez a aceptar las opiniones de este gran amor imposible que tenía. Me negué a dejar de imaginarme junto a Iara como algo mas que amigos, le dije que me podía acostumbrar, a Silvana la invadía el miedo de tener problemas con los padres de Iara. Ella tenía trece años, yo tenía quince. Eran dos años, pero yo tenía una vida de alguien mayor. Mis ideales eran diferentes, yo quería amanecer y madrugar con Iara a mi lado, algo que era tan imposible como volar en ese momento. Fue justo en ese momento que ya no publicaba mas lo que hablaba con Silvana, y era en esos momentos en los que quería escribirle a Iara. 

El miércoles de esa misma semana salimos de Educación Física y le pedí a un compañero que me acompañe ida y vuelta a la estación para cruzarme a Silvana, fuimos y volvimos con la excusa de que ibamos a comprar un baggio. Le dije de ir al Mc de Adrogué para viajar con Silvana, practicamente fuimos corriendo, y cuando llego el tren, mi compañero la asusto a mi profesora, esta me miro mal. Ya que no tendría que seguirla, cuando subimos al tren le mostre los mensajes de Iara y de su compañera, unos mostraban como Iara me hablaba como un amigo, y los de su compañera que me decía que ella estaba interesada en mi. Silvana acoto que la iba a retar por las faltas de ortografía y me dijo que capaz no era cierto lo que me decía su compañera, y que siga intentando. Cuando bajamos del tren la saludamos y hasta el viernes no la volvía a ver. Cuando estabamos en el Mc, mi compañero no tuvo mejor idea que contarme que Iara le hablaba, en esos momentos hablaba poco y nada conmigo, y mi último mensaje hacia ella no había sido respondido. Me acuerdo con lujo y detalles que lo estorcione para que me cuente de que hablaban y este para hacerme enojar no me quería contar, maldecía el día que Silvana le había pasado el Facebook de Juani, él hacia teatro y era mas simpático que yo, en realidad no lo era, sino que yo estaba mas interesado en Iara. Juani me hizo enojar tanto ese día, Iara le contestaba rápido, parecía como si estuviera interesado en él, y yo me sentía peor, Juani sí.. Pero yo no. No era justo, no era justo que él le hable y ella reme la conversación y que conmigo sea difrente, tal vez me lo había ganado por ser tan pesado, pero igual, yo me merecía mas el amor de Iara que Juani. Casi le saco el celular, pero era una conversación normal, no hablaban de mi, y si no me hubiera mandado saludos no hubiera sabido nunca que hablaba con él. Él para terminar de colmar mi paciencia me dijo que le parecía linda, y fue ahi cuando le pegué, le pegué despacio, pero tenía ganas de tirarlo abajo del tren. Ya no podía controlar mis sentimientos, no había límites en todo lo que estaba sintiendo. Cuando nos tomamos el tren estaba llenísimo y deje que un chico se ponga atrás de él, con la esperanza que se sienta acosado, quería vengarme, quería robarle su chica para que supiera todo lo que yo sentía. Pero no podía, no quería hablar con otra persona, quería a Ia, y eso no lo podía cambiar, ni por venganza, ni nada.

'Entre poesías, un amor y una niña'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora