Capítulo 10

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(Era cuatro de septiembre y me levante con mas dudas que respuestas, era muy negativo yo y mi autoestima, pero estaba tan seguro de lo que hacía, demasiado. Era el día perfecto para declararme, cualquiera lo hubiera sido, pero los cuatro iban a empezar a ser únicos.)

Me levante, con un mensaje de Iara diciéndome 'Buen día', el día ya empezaba a ser bueno desdé que empezaba. Y así fue, estuve toda la mañana lleno de ansiedad, mas que otros días por supuesto, muy lleno de emociones que me ahogaban de a poquito. Pero seguía estando seguro que era lo que quería, y que ya no podía esperar más, para tener ese título tan importante para ella y para mi en cierta parte.

Cuando salí del colegio, me asegure de ser lo mas rápido posible con la rutina del baño para llegar temprano, salí de bañarme y como todos los miércoles me cepille los dientes dos veces, y también los enguajes bucales que eran infaltables, salí de mi casa y mi cabeza estallaba de ideas, de momentos que estaban por venir. Sabia que ese titulo si bien era bueno para formalizar de una vez por todas, traía con él una serie de consecuencias, ya que eramos algo pero nada formal y no existían los reclamos, y tal vez se nos subía el titulo de novios a la cabeza y eso iba a ser muy malo.

Cuando llegue al lugar donde la esperaba que quedaba en la otra cuadra de su colegio, ya estaban saliendo sus compañeros y me quede ahí esperándola. Me saludo con un beso y fuimos a sentarnos a la vuela de su colegio, hacia algo de frío ese día, teníamos ambos el uniforme del colegio, me acuerdo que en varias ocasiones ella me decía que tenia frío y esperaba a que capte que indirectamente me estaba pidiendo que la abrace, era algo lento. Ese miércoles iba a ser diferente, no por el simple hecho de que todos los eran, sino porque para nuestra vida juntos íbamos a dar un gran paso.

Estuvimos varios minutos hablando de todo un poco, mientras hablábamos habían besos y sonrisas, cosa que era común ya que nos llevábamos bastante bien para ser dos chicos que se están conociendo, teníamos mucha confianza entre nosotros y jugábamos, verla era mejor que respirar, verla era respirar amor. Eran momentos en los que los dos jugábamos y hablábamos de nuestra vida, siempre eran buenas las charlas sobre nuestra vida. Me invadía el sentimiento de secuestrarla de nuevo, pero me contuve, y ahí estaba a punto de declararle mi amor, estaba yendo contra todo por amor y no me importaba nada, si su respuesta era negativa por algo lo seria y sino también iba a tener sus razones, así fue como lo deduje.

'Entre poesías, un amor y una niña'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora