Caminé a clase tranquilamente, sin pensar en nada, sorprendentemente.
Mi mirada estaba fija en el suelo, como de costumbre.
- Hey Seolbi, - escuché como me llamaban - vayamos juntas a clase.
Le sonreí levemente a mi compañera de clase, y asentí con la cabeza.
Ella carraspeó y comenzó la conversación.
- Me he enterado de una cosa - habló captando mi atención.
Le miré con el ceño fruncido.
- De lo que pasó hace tres años - sonrió de oreja a oreja.
No pude evitar abrir los ojos más de lo habitual.
- ¿Cómo te has enterado? - me tembló la voz.
Ella soltó una pequeña pero tóxica y escalofriante risa.
- ¿Pensabas que nunca nos íbamos a enterar? - respondió ella con otra pregunta.
Sudé frío y juraría que podía escuchar mi corazón latir súper fuerte.
- Te lo suplico, no le digas nada a nadie - mis ojos se cristalizaron.
Ella sonrió de lado y levantó una de sus cejas.
Se despidió de mi con la mano, y se fue.
Se fue a arruinarme la vida.
Intenté no romperme en medio del pasillo.
Me apoyé en la pared un par de minutos, pensando en qué hacer y en todo lo que iba a pasar.
Estoy arruinada.