La observé por minutos.
Hoy está rara, le pasa algo.
Tiene la mirada perdida, puede que esté escuchando a sus amigos, pero no les está atendiendo.
Y me preocupa.
Su mirada bajó al suelo y su sonrisa se fue borrando lentamente.
Fruncí el ceño ya que algo le estaba pasando.
Agachó su cabeza y ahí fue cuando mi preocupación se hizo mayor.
Cuando fui a acercarme, ella le susurró algo a su amiga y salió casi corriendo.
¿Qué es lo que te pasa, Seolbi?
¿Y por qué siento que debo de ir a buscarte?
Mordí mi labio inferior frustrado.
Cerré los ojos fuertemente intentando no pensar demasiado en ella.
Negué con la cabeza suavemente y me volví a mi grupo de amigos.
