Mi bajón pareció pasar, por lo cual me alegré.
Me acerqué a mi grupo de amigos y abracé por la espalda a mi mejor amiga.
Ella ni se giró, por lo que la solté y me puse frente a ella.
- ¿Pasa al- - no pude acabar la pregunta ya que ella rio amargamente.
- ¿Que si pasa algo? - preguntó.
Yo solo asentí con la cabeza confundida.
- Lo que pasa es que se te da muy bien no contestar mensajes, pasar de la gente y ¡oh se me olvidaba!, insultar a las espaldas - gritó ella enfadada.
Yo retrocedí unos pasos.
Sabes que odio que me griten.
- No entiendo nada - susurré aún asustada.
- Vaya también se te da bien hacerte la loca - unió ella sus manos.
Abrí la boca intentando soltar algo coherente.
- No quiero escuchar tus excusas - gritó ella por última vez.
Mis ojos se llenaron de lágrimas y asentí con la cabeza.
Agaché mi mirada y cabeza, y tan sólo me fui de ahí.
Ahora oficialmente, si que nadie va a salvarme.