El vacío creado. II

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El final de las clases llegó por fin así que el chino corrió a despedirse de sus amigos para ir al parque que quedaba cerca de la universidad, se acomodó bien el abrigo al sentir la brisa húmeda que auguraba un poco de lluvia y buscó entre el vacío parque al moreno.

Empezaba a darse por vencido cuando pasaron quince minutos sin lograr encontrarlo y casi terminaba de recorrer el parque por completo pensando en tal vez desistir, aunque para su buena suerte dio por fin con el muchacho.

Él estaba sentado en una destartalada banca de metal, fumaba y miraba con el ceño fruncido el paisaje como si hubiera algo que lo molestara ahí, aunque Lucas no vio nada fuera de lo normal.

- ¿Tu mamá nunca te dijo que las drogas son malas? - bromeó al llegar hasta donde estaba el moreno percibiendo el olor de la marihuana y viendo el cigarro de hierva del que aspiraba hondamente.

- ¿Y la tuya nunca te advirtió sobre hablarle a los extraños? - preguntó en respuesta el menor aguantando la respiración junto con el humo que dejó dentro de su garganta unos cuantos segundos más.

-No pensé que vendrías- dijo tras soltar una serie de risitas sentándose a un lado del chico que por fin dejó salir el humo por su boca y nariz admirando el humo dispersarse en el aire.

-Era mejor que estar en casa- respondió el muchacho intentado sentirse más relajado y dejarse llevar por el efecto de la hierba, pero nada... todo seguía igual de gris e insípido. -Así que procura entretenerme antes de mandarte al diablo- agregó llevándose de nuevo el cigarrillo a la boca haciendo iluminar la puntita varias veces antes de repetir el proceso de guardarse el humo unos momentos, le extendió el cigarrillo a Lucas que lo rechazó amablemente con un gesto de la mano.

-No gracias- dijo ganándose por ello una mirada extraña por parte del moreno.

Se quedaron en silencio varios minutos escuchando las ramas de los árboles agitarse gracias al viento que soplaba, Lucas miraba de vez en cuando a Haechan (como el menor finalmente se había presentado gracias a una de sus tantas insistencias) que recargaba su espalda en la desvencijada banca y echaba su cabeza hacía atrás perdiendo su mirada en el cielo tal vez cayendo ante el efecto relajante de la marihuana.

-Hoy en la mañana me estaba preguntando...- comenzó a decir Lucas rompiendo el silencio - ¿Qué fue lo que te orilló a hacer esto? Te ves como uno de esos tipos que quiere darle una cachetada en la cara a la sociedad o rebelarse contra el sistema- dijo viendo con interés la burda mueca sonriente del contrario que negó lentamente con la cabeza.

- ¿Rebelarme contra el sistema?... nada de eso, no soy una persona tan profunda- respondió el otro moreno arrastrando la voz dándole otra calada al cigarro casi consumido.

-Entonces...- insistió ahora recibiendo una mirada molesta por parte del pelirrojo –No te voy a dar un discurso motivacional o algo así, ni siquiera te voy a decir que lo que haces es malo, solo quiero saber- dijo encogiéndose de hombros a lo cual el otro entrecerró sus ojos enrojecidos y se llevó la mano al cabello echando su flequillo hacia atrás haciendo memoria dejando en un dramático silencio todo otra vez antes de abrir la boca para tomar una honda respiración y comenzar a hablar.

-Yo tenía dieciséis años y un día solo me desperté sintiéndome como la cosa más mierda del mundo- dijo riendo ante este lúgubre pensamiento- Fue como si de pronto me diera cuenta del deshecho que había sido toda mi vida, sencillamente... abrí los ojos una mañana y me encontré con que había tanta porquería adentro de mí sin saber en qué maldito momento había acumulado- contó recordando aquella mañana de hacía casi tres años como si hubiera sido apenas aquel día.

-En aquel entonces cursaba la preparatoria y conocía gente de dudosa reputación...- hizo una pausa para incorporarse y encarar a Lucas que lo escuchaba con suma atención. Con el cigarrillo entre el dedo índice y pulgar señaló al chino.

-La gente siempre suele decirte que las drogas son malas y que en algún momento te van a matar- Lucas asintió ante estas palabras dándole la razón viendo al menor sonreír con un dejo de cinismo en su gesto. -Bueno... yo siempre estuve bien consciente de esto. Tenía demasiado miedo de pegarme un tiro en la cabeza o tener que abrirme las muñecas así que elegí la manera más lenta de suicidarme y de paso sentirme bien mientras lo hacía... lo que no esperaba era encontrar vida en lo que me estaba matando.

Soltó otra risa dándole una última calada al cigarrillo, sostuvo el aliento cuanto le fue posible y liberó su aliento junto con la nubecilla de humo gris que lentamente salía de su boca y su nariz dándole a Lucas la impresión de que veía el espíritu deformado de Haechan escapando de ese cuerpo terrenal que iba destrozando.

Un alma que buscaba desesperadamente huir y se mezclaba con el viento frío y el cielo gris.

-No entiendes- dijo entre dientes el menor tirando lo poco que quedaba del cigarro y pisándolo.

-Tienes razón no entiendo- coincidió Lucas rascándose la nunca aun sonriente captando la atención del otro que frunció el ceño pensando que se burlaba de él.

-Siempre he tenido una vida feliz, mis papás me aman, tengo amigos que me aprecian y no he tenido ningún tipo de carencia. Desde que soy un niño me han inculcado sonreír porque no tengo razones suficientes para llorar, todo el tiempo debo expresar lo afortunado que soy y eso hago- rio alegremente ante eso notando la cara de asco del otro, fijó sus ojos enormes en los del coreano que estaba a punto de pararse y largarse de ahí.

-Aun con ello siento un hoyo aquí- dijo posando su mano en la boca del estómago del pelirrojo - ¿Lo has sentido? Una sensación de que tienes algo que te presiona e intentas llenarlo constantemente, pero pareciera que se hace más grande... tal vez algo parecido a lo que te pasó a ti cuando tenías 16 años- dijo apretando el estómago del menor que no parecía entender porque si Lucas estaba contando esas cosas parecía aun tan risueño.

-Yo no tengo ningún motivo para querer matarme como tú... sin embargo...- quitó la mano del estómago del menor y la puso sobre el suyo –Tampoco tengo motivos para seguir viviendo, todo me parece tan aburrido y la monotonía feliz de todos los días tampoco me da algo a que aferrarme, estoy en un limbo en dónde ya se me ha olvidado como es vivir realmente- dijo poéticamente desviando la mirada del contrario y concentrándose en la sensación hueca de su estómago.

Un segundo silencio volvió a envolverlos, la pesadez del ambiente se hizo presente en sus hombros cuando los dejaron caer y miraron el gris paisaje que se extendía ante ellos. El parque sin niños, sin parejas de ancianos y solo algún perro callejero buscando algo para comer.

-Esta mierda no me hizo nada, me voy- dijo Haechan refiriéndose seguramente a la marihuana levantándose y metiendo sus manos a los bolsillos del pantalón.

-Te acompaño- saltó de inmediato Lucas levantándose también.

-Hey espera, no voy por dulces ni con gente de bien, mejor quédate aquí- le dijo empezando a caminar, pero era seguido por el animado extranjero que se colgó la mochila al hombro.

-Eso ya lo sé, déjame acompañarte y prometo que me portaré bien- dijo alzando su mano como si estuviera haciendo un juramento. El moreno soltó un gruñido y en silencio accedió.

Lucas hizo caso omiso al hecho de que había quedado de verse más tarde con Kun y Jungwoo y que tenía algunas cosas que hacer en la biblioteca... bueno... una escapada nunca había matado a nadie.

Lovers who uncover [Adaptación] HYUCKHEIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora