Todo esta lleno de amor. III

39 7 0
                                    

-Con eso te despertarás...

Le había susurrado Ten mientras soltaba risitas traviesas mirando la línea blanca que aún quedaba en la mesa.

Lucas pareció asustado, no, parecía que entraría en un ataque de pánico. Aquello no era solo un porro de marihuana o un viaje con ácido, eso era una droga que según decían las noticias y los comerciales pro-salud, era altamente adictiva a nivel físico y psicológico; era veneno.

El chino sabía esto y sabía bien que Haechan y Ten se estaban matando lentamente al consumir eso como si fueran dulces, sabía que tal vez podría sentirse bien al principio, pero después sería como jugar ruleta rusa. Sabía perfectamente bien que con cosas como esas no se podía estar jugando. Entonces ¿Por qué diablos estaba aceptando el billete? ¿Por qué estaba viendo tan de cerca esa franja blanca? ¿Por qué sentía ese escozor en su nariz y la ligeramente desagradable sensación del polvo pasarle por el tabique nasal?

Porqué de nuevo quería ver lo que Haechan veía, quería esa misma dosis de vida, ese asomo al país de maravillas fabricadas, quería esa euforia y ese palpitar de su corazón, ese ardor en sus venas al correrle la sangre caliente. Quería vivir.

Estornudó varias veces después de esto mientras Ten le aplaudía como si hubiese hecho una gran proeza.

-Diviértanse chicos- dijo en un ronroneo levantándose lejos de la mesa y caminando hasta el baño a lo cual los muchachos apenas se percataron que el rubio llevaba unas zapatillas de tacón de aguja lo que le daba una imagen más que afeminada, andrógina.

Ten pasó a un lado de la mesa dónde John seguía hablando con aquellos hombres que parecían peligrosos y siguió su camino hasta el baño hasta que minutos después John también se levantó y discretamente fue tras él.

Cuando el americano abrió la puerta del baño vio a Ten pintándose la boca con labial rojo dibujando la silueta de sus labios con la barra de pintura carmín.

- ¿Maquillándote? - preguntó John de manera burlona con su inquebrantable sonrisa infantil. Aquella que seguro le traía conquistas a montón.

-Bueno Johnny, una chica siempre tiene que verse bien- respondió el otro dedicándole una sonrisa a su reflejo que la correspondió hasta que escuchó una carcajada por parte del pelinegro que se puso detrás de él pasándole una mano por el cabello en un gesto cariñoso que el otro acepto mientras sentía los dedos del americano ahora acariciarle la mejilla.

-Pero Chittaphon... tú no eres una mujer- dijo con una sonrisa sardónica viendo como al mismo tiempo la de Ten se desvanecía.

Pasó su mano de la mejilla del menor hasta su pecho.

-No tienes busto...- le dijo bajando aún más -Ni tampoco una cintura estrecha- siguió diciendo rodeándole la cintura con ambos brazos ahora descendiendo hasta su entrepierna.

-Y esto claramente no es parte de una chica- dijo apretando el agarre lo que hizo que Ten soltara un grito ahogado y tuviera que recargarse sobre el lavamanos sintiendo la cálida respiración de John entre su oído y su cuello mientras este pegaba su cuerpo al suyo tanto como le era posible sin soltarlo.

-No eres mujer, pero tampoco podría decir que eres hombre... ¿Qué eres Chittaphon? - preguntó con esa voz que derramaba miel, inmundamente amable que tanto irritaba al tailandés.

John le tomó del cabello obligándole a levantar la cara para enfrentar su reflejo y Ten se encontró con sus ojos oscuros, sus labios rojos y su cuerpo de hombre que intentaba parecer al de una mujer dándole ahora una figura indefinida... ¿Qué era?... ¿Quién era Chittaphon Leechaiyapornkul?

Lovers who uncover [Adaptación] HYUCKHEIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora