Una obra lacrimógena. III

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La noche no tardó en hacerse presente y el chino guardó sus libros mirando la hora y después las cuartillas escritas todavía a la mitad pues no había acabado de redactar su ensayo. Un ligero remordimiento le atacó la consciencia pues Kun había tenido razón en eso de que no había presentado varios trabajos y ese ensayo era crucial si quería al menos aprobar la materia sin embargo Haechan seguramente ya llevaba cerca de diez minutos esperando y bueno... el chico no era lo que se describe precisamente como paciente.

Sacudió la cabeza y apagó también su computadora convenciéndose de que llegaría temprano a casa y terminaría ese trabajo así tuviera que desvelarse la noche entera y faltar a su primera clase para entregarlo justo a las nueve de la mañana, por lo tanto, se apresuró a tomar su chaqueta y su dinero bajando corriendo las escaleras.

-Llegaré tarde, no me esperen despiertos- les dijo a sus padres que miraban la televisión en la sala, le dio un beso en la frente a su madre y un gesto con la cabeza a su padre que lo vio con algo de desaprobación.

- ¿Otra vez vas a salir? Debes quedarte en casa al menos entre semana- le dijo su madre tomándole la mano antes de que se fuera.

-Déjalo mujer, al menos que se divierta un poco antes de terminar la escuela, mientras no descuide sus estudios- dijo su padre a modo de advertencia mientras que Lucas recordaba de nuevo su ensayo y sonreía con nerviosismo.

-Hasta luego- solo alcanzó a decir el muchacho besándole la mano a su madre y ahora si yendo por sus llaves salió de casa casi corriendo para no hacer esperar más al pelirrojo.

Tomó el tren subterráneo y apuraba al tren en su mente mirando con desesperación su reloj de pulsera viendo la hora cada tres minutos; cuando las puertas por fin se abrieron corrió otra vez haciéndose paso entre la gente y casi saltaba los escalones para salir de la estación y justo en la esquina encontró al menor fumando un cigarrillo bajo una farola. Se puso más risueño al verlo bajo la luz de un faro en plena noche en medio de una desierta calle, le daba una imagen de mafioso de los cuarentas.

Su semblante serio y rudo, el entrecejo fruncido y el cigarro que pasaba de su boca a sus dedos en cortos intervalos... el solo verlo le hacía saltar el corazón de emoción.

- ¡Haechan! Perdón- le llamó por fin acercándose después de unos minutos de contemplación.

- ¿Dónde estabas, imbécil? Ya casi me iba a ir solo- le recriminó dándole una última fumada al cigarrillo antes de tirar la colilla al piso y pisarla con la punta del pie.

-Disculpa, se me hizo un poco tarde- dijo y sin decir más o pedirle una explicación, Haechan empezó a caminar.

Como cada noche, se dirigían a casa de Ten esperando no tener que encontrarse al tailandés con alguno de sus clientes. Una vez eso pasó y no fue nada agradable, a decir verdad, tanto a Haechan como a Lucas les sorprendía que el muchacho fuera capaz de acostarse con cualquiera solo por un toque o unos billetes, ni siquiera Haechan había llegado a ese punto.

-Por cierto, Hae ¿Cómo fue que conociste a Ten? Él es un tipo bastante peculiar y no parece ser el tipo de persona con la que tú te harías amigo nada más porque si- preguntó cuando iba camino al departamento y como de costumbre se ganó una mirada de fastidio por parte del menor que sabía que si no le contestaba el otro iba a seguir insistiendo.

-Nos conocimos en rehabilitación- contestó como si nada.

- ¿Eh? Es un poco... raro... conocer a tu dealer* en un centro de rehabilitación- Lucas se rascó la barbilla preguntándose cómo diablos eso pasaba.

-Ni tan raro. El idiota terminó ahí porque cuando estaba revolcándose con alguien en su auto la policía los atrapó, llevaban unos gramos de coca así que le dieron unos días en la cárcel y cuando salió en libertad condicional después de pagar la multa lo mandaron a rehabilitación a cambio de meterlo a la cárcel de nuevo por posesión de drogas y desacato, a mí me mandaron unos días después de que él entró y ahí nos conocimos- explicó brevemente mientras llegaban al edificio y subían las endemoniadas escaleras de caracol.

Lovers who uncover [Adaptación] HYUCKHEIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora