Capítulo 30

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Incertidumbre

Oscuridad

Silencio

Eso era todo lo que Dipper Pines podía percibir en aquellos momentos, ¿estaré muerto?, era la gran duda que asaltaba su mente.

La verdad, es que sonaba como una pregunta bastante absurda, sobretodo viniendo de una persona a la cual le acababan de disparar una flecha al corazón. Sin embargo... no había sentido el impacto de la flecha en su pecho, y claro, tenía los ojos cerrados, así que podría decirse que existía la posibilidad de que su hermana hubiese fallado... pero también estaba el hecho de que siempre había escuchado que, si tu muerte era rápida, lo más probable era que no fuese algo que sintieras realmente.

Así que si, Dipper Pines no podía afirmar con certeza si estaba muerto o no.

Lo único que podía pensar en esos momentos, era en que no quería morir. No podía morir, y menos de aquella manera... menos ahora que por fin podía vivir feliz junto a Bill, y que, luego de tantos engaños, finalmente podía ver la realidad con claridad.

Se negaba rotundamente a morir así, asesinado por su propia gemela, dándole la satisfacción de verlo morir, y de, más aún, ser la causante de aquello.

¿Pero qué podía hacer al respecto?

Nada... no podía hacer nada.

Se quedó unos segundos inmóvil, sin atreverse a hacer nada, sin atreverse a abrir los ojos para comprobar su estado. Tal vez se debía a que no quería aceptar su posible muerte, tal vez era el miedo de ver lo que había después de la vida terrenal, o tal vez, le desagradaba la posibilidad de que su hermana hubiese fallado, y estuviese esperando a que abriera los ojos para asesinarlo definitivamente.

Fuese como fuese, al final terminó reuniendo algo de valor y, aún con atisbos de inseguridad, se atrevió a abrir los ojos con lentitud.

Eso....


Eso definitivamente no era lo que esperaba ver.


Un silencio sepulcral inundaba la habitación. Mabel, al igual que antes de cerrar los ojos, se encontraba frente a él, aún con el arco en las manos, mirándolo con el ceño fruncido, y ciertamente sorprendida, aunque su rostro demostraba también varias emociones. Confusión. Tristeza. Estupefacción. Algo de enojo también.

Aunque más bien... no lo estaba mirando a él, sino que... a su pecho.

Con lentitud, Dipper bajó la mirada hacia aquel lugar, con un poco de miedo por lo que iba a encontrarse.

Y entonces pudo comprender el por qué de la expresión de su hermana.

La flecha que debió haberle atravesado el pecho, se encontraba flotando frente a él, vibrando de tal manera, que parecía que lo único que deseaba era cumplir su objetivo, y asesinar al chico de una vez por todas.

Pero algo se lo impedía, algo estaba reteniéndola y forzándola a no hacerle daño al castaño.
Y aquella casi imperceptible luz azul que la rodeaba le daba una idea a Dipper acerca de lo que podía ser ese algo.

El menor rápidamente dirigió su mirada hacia la puerta, donde, tal y como sospechaba, se encontraba aquel rubio, con sus bellos ojos ámbar abiertos a más no poder, y con un brazo apuntando hacia la flecha, demostrando así que, obviamente, era él quien estaba deteniéndola.

Dipper se encontraba en estado de shock, sin saber qué hacer, es más, la idea de alejarse de la flecha ni siquiera pasó por su mente.
Y fue en casi una fracción de segundo cuando la flecha retrocedió unos centímetros, dio la media vuelta, y se dirigió rápidamente en otro sentido, clavándose así en el muslo de su gemela, quien inmediatamente dejó salir un pequeño grito de dolor.

Solo... confía en mi.  [Billdip].                 #Premiosgravity2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora