CAPÍTULO 14

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Arrojó las rosas blancas al suelo y mirando fríamente al castaño escupió las palabras sin una pizca de sentimiento,estaba harto.dejó pasar la llamada de ese día como si no hubiera escuchado nada e incluso dejó pasar el haberlo visto acariciar su mejilla y dejar un suave beso sobre esta,pero ya era suficiente.

Ya no daba para más.

Ya no lo soportaría una vez más.

—Se acabó—el mayor sostuvo su mano impidiendo que se moviera de su sitio.

—No No No—lo abrazó como si su vida fuera a esfumarse si el menor se movía un solo paso lejos de él.

—Sueltame—Erick forcejeó para que Chris lo soltara.—Sueltame maldita sea,sueltame—golpeaba su pecho con fuerza pero el castaño se negaba a soltarlo.

—¿Puedes darme solo un minuto para explicarte las cosas?—Erick mordió su labio inferior,negó.—¿Por qué?—Christopher hizo que sus ojos se encontraran.

—No tienes por que hacerlo—en ningún momento bajó la  mirada de esos ojos marrones que lo miraban dolidos.—Después de todo tu y yo no somos nada ¿verdad?—Erick suspiro.—Me voy—se soltó en cuanto el mayor aflojó su agarre.

Subió al automóvil dando una rápida señal al conductor para que este avanzara lejos del castaño,lejos de esa casa,lejos de todo lo relacionado con la familia Vélez. Erick no podía negar que en todo el camino derramó lágrimas,lágrimas de puro dolor,le dolía el pecho,el corazón.

Quería que la tierra se lo tragase, volver el tiempo atrás cuando era ignorante a todo esto que hacia doler su corazón,cuando era feliz sin necesidad de tenerlo a su lado.
Secó sus lágrimas con fuerza en cuanto el auto se detuvo frente a la casa de sus padres,bajó suspirando y el conductor habló sacándolo de su mundo.

—Joven,Sé que no debería de meterme en sus asuntos—Dejó las maletas de Erick a su lado—pero al verlo sufrir así me esta doliendo y debería de escuchar al joven Christopher,Aunque sea por un minuto—Erick le sonrió.

—Gracias Renato,pero esta bien así, ya no puedo seguir—el hombre asintió y con una sonrisa se despidió del menor subiendo al auto.

—Nos vemos joven Erick,Cuídese—el azabache agitó su mano como despedida y el automóvil dió marcha por donde habían venido.

—Muy bien Erick,solo mira hacia el frente—dejó ir otro suspiro—Que de amor nadie muere—tomando su maleta camino hasta la puerta de su casa,entrando con una enorme sonrisa.

°•°•°•°•°•°

Así pasó una semana,el azabache sonreía como si nada hubiese sucedido. Llegaba a casa del Colegio y subía a su habitación a hacer la tarea,todo era como antes,el chico parecía haber vuelto el tiempo atrás... O al menos eso era lo que su familia creía.

Detrás de aquella puerta,cuando estaba sólo en su habitación y nadie podía verlo,dejaba salír el dolor. Lloraba en silencio hasta quedarse dormido,lloraba mojando las hojas de su cuaderno,lloraba pensando en lo que no pudo ser.

Lo Extrañaba.

Lo Necesitaba.

Lo amaba.

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