Capítulo 20. Y yo a ti.
Won’t Stop – One Republic.
Estaba sentado frente a ella mientras terminábamos de comer en un restaurante que no era, ni muy caro, ni muy barato. Me hubiera gustado pagar, pero Rain se estaba encargando de algunos gastos mientras yo estaba pagando el hotel. No era rico, ella sí. Me avergonzaba un poco que ella pagara nuestra cena, pero no había más que bajar el orgullo para que el estómago estuviera lleno, y yo odio tenerlo vacío.
Cuando se levantó de la mesa, dejó el efectivo de la cuenta sobre la carta y luego caminamos hacia la salida. Estábamos esperando los abrigos en la entrada, cuando la puerta se abrió, una corriente gélida de aire se encontró con nosotros y nos hizo estremecer a ambos. La miré y noté que tenía las mejillas realmente sonrojadas. Soltó un suspiro y el vapor que salió de sus labios me hizo entender que estaba haciendo un frío de mierda. Miré al frente, la calle estaba desolada.
-Espera aquí, conseguiré un taxi para nosotros.
-Estoy bien –respondió mientras se abrazaba a sí misma y salía, era una testaruda.
No teníamos más de dos metros lejos del establecimiento cuando noté cómo ella se ponía a temblar y a titiritar, yo estaba completamente acostumbrado a este tipo de clima, pero ella venía de la playa, por lo que esto era algo nuevo y difícil para ella.
-Mierda Rain, solo espera aquí –murmuré mientras me quitaba el abrigo y se lo entregaba a ella.
-No tardes mucho –pidió y yo negué mientras me ponía a correr hacia una de las calles que más era recorrida por los transeúntes.
No me alejé demasiado de ella, era tarde por la noche y aunque había varias personas en las calles, no me gustaba dejarla sola. Era una persona que llamaba la atención aunque ella no lo quisiera.
Por fin luego de unos quince minutos logré encontrar un taxi disponible. Regresaba en él por Rain. Tal vez esta noche veríamos una película, el Rey Leon tal vez, ella me dijo que jamás la había visto, así que podría enseñarle un buen modo de vida con ella. Me reí al imaginar su reacción al ver morir a Mufasa… tal vez hasta lloraría. Adicionando una caja de bombones y gomitas, esta sería una buena noche.
Bajé del auto al llegar al lugar de encuentro, no la veía por ninguna parte. Miré a ambos lados de la calle y no parecía haber alma viviente por aquí-. ¡Rain! –grité lo suficientemente alto para que ella me escuchara si estaba cerca-. ¡Rain! –grité de nuevo mientras caminaba hacia la derecha mirando preocupado hacia todas partes-. ¡Si estás jugando, esto no es gracioso!
Mierda. Habían pasado ya cinco minutos desde que llegué y ella no aparecía por ninguna parte. Llamé a su teléfono nervioso. Tenía que contestarme. Regresé a donde la había dejado esperándome y noté que algún teléfono timbraba. Miré al suelo y allí estaba el teléfono de Rain tirado. Me incliné tomando el aparato y lo apagué. Mierda, mierda.
Comencé a aterrarme, el tipo del taxi se me quedó mirando-. ¿Está todo bien?
-¡No! –grité-. ¡Rain no está! Su teléfono está tirado yo… ¡Rain! –comencé a gritar y corrí en dirección contraria, tenía que encontrarla. Mierda, si algo le había pasado jamás me lo perdonaría. No debí dejarla sola. No debí irme a esta hora. No debí…
- ¡NO! –me detuve en seco. Esa era su voz.
Giré el rostro hacia la izquierda y noté a dos personas a lo lejos pelear. Comencé a correr y mientras lo hacía, noté cómo Rain arremetía contra el hombre, lo golpeaba entre las piernas, luego le daba un par de golpes en el rostro, lo inclinaba y le golpeaba la cara contra su rodilla, para luego tirar de su ropa y arrojarlo contra la pared. El tipo la empujó hacia atrás, pero ella sacó de su abrigo una navaja y lo demás ni siquiera puedo describirlo, ella lo iba a matar.
