Capítulo 32. Vales la Pena.
Pray – Kodaline.
Miré a Jamaica y esta roncaba con todas las cobijas enredadas, miré hacia la puerta y la cerré con seguro, no permitiría que nadie me descubriera esta vez. Realmente quería leerla, realmente quería saber lo que decía, pero a la vez era un cobarde y temía que lo que dijera no me gustara, temía que todo fuera una mentira y que todo lo que habíamos vivido desapareciera, o fuera simplemente una ilusión a la que me aferré. Las decepciones que la gente provocaba en mí a veces eran tantas, que de la única persona de la que jamás lo esperé estaba a punto de hacerlo en una carta que había sido escrita hace casi seis años.
“Hola Jamaica…
Sé que odiarás que no te lo diga en persona y realmente no creo poder hacerlo porque desde que sé que pronto moriré, me he vuelto más vulnerable. He comenzado a llorar en las noches y he deseado con tanta desesperación poder seguir viviendo durante mucho tiempo más que hasta soñando puedo ver el futuro que jamás tendré. He soñado con casarme contigo, he soñado con tener bastantes hijos contigo, he soñado en los problemas que te daría, he soñado con la casa en la que viviríamos, he soñado con las veces en que te haría el amor, he soñado con tu rostro a mi lado en tu almohada. Y despierto lo he imaginado cada que te veo.
Jamás tendremos ese futuro, jamás podré tomar tu mano mientras caminemos lejos de la ciudad hacia un bosque encantado. Jamás podré proponerte matrimonio en una dulcería. Jamás podremos ir más al cine y adueñarnos de la sala hasta que nos saquen por hablar y hablar en lugar de ver la película. Jamás podré repetirte cuanto te amo aunque tú me digas que me odias porque te enojas conmigo cuando no te doy de mis papas fritas.
Eso jamás pasará, y es por eso que te lo estoy escribiendo, para que lo tengas hasta cierto tiempo… nada más. Tendrás que dejarme ir, tanto como yo tendré que irme de aquí.
Sé que mi partida será dolorosa, sé que llorarás mucho y sé que harás tonterías porque eres demasiado dramática como para aceptar la muerte de tu novio. Tienes que llorar, tienes que hacer un desastre de tu vida, tienes que hacer algo irreversible y tienes qué superarme.
Hay algunas cosas que quiero que sepas antes de poder irme o después, tantas veces como tengas que leer esto.
1-Sé que te he pedido que tengamos un niño. No sé realmente si te embaraces, sé que pudimos lograrlo y que realmente me hiciste sentir mejor de lo que realmente yo te hice sentir a ti. Lamento no ser tan fuerte o tan duradero como antes, mi corazón comienza a alterarse cuando no debe. Sé que probablemente arruine tu vida y sé que no debí pedírtelo porque es una tontería, solo… quería hacer que algo de mi corazón permaneciera aquí. Porque algo en él te recordará a mí. Algo te hará saber que sigo aquí y probablemente así sea por el resto de tu vida. Soy egoísta, te arruino tus oportunidades de seguir sin mí, pero… te amo, no puedo simplemente dejarte sola. Por favor, si tenemos un niño… haz que se llame Harry.
Sé cuánto lo odias, pero sé también que lo amas más de lo que me lo admites a mí. Sé que aceptarás porque si hay alguien que merece tener el nombre de nuestro primer hijo, es él. Si es niña… dile que tendrá nombre de niño porque su padre es un idiota y no se le ocurren nombres de mujer que se le parezcan.
2. Quiero que dejes de cortarte el cabello, realmente odio cuando lo haces y debes de admitir que lo haces solo para hacerme enojar. Me gusta tu cabello largo y eso hace que los hombres te miren, a nosotros nos gusta cuando tenemos algo qué tocar. Además, siempre huele bien. Siempre tienes una forma de cepillarlo que me haces preguntarme si es real. Tuve miedo de que fuera una peluca y que cuando yo tirara de él se te callera, sí, te hubiera abandonado por el susto que me hubieras dado, aunque ahora no me queda mucho qué decir de ello, me estoy quedando calvo. Pero enserio, déjalo crecer, tú amas que la gente te diga cuan bonito es.
