cap.33

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Capítulo 33. Un nuevo hogar. 

For You – Joe Brooks.

Estaba sentado en medio de un círculo de personas. Todas hablaban de sus problemas. La mayoría tenía problemas con el alcohol y las drogas. Otras simplemente no querían admitir el por qué estaban ahí y había otros pocos como yo que estábamos ahí porque supuestamente queríamos sanar todas nuestras heridas. Queríamos olvidar o al menos queríamos dejar de pensar demasiado en lo que nos provocaba ansiedad. 

La habitación en la que estábamos era completamente blanca. No sé qué tenían los psiquiatras con ese color. Tal vez querían hacerme sentir más relajado pero lo único que yo sentía aquí era que me veía sucio. Ninguna persona a mi alrededor tenía un solo tatuaje. Eran como ricos que habían tenido problemas por tanto dinero. Mientras que los hombres como yo, llenos de tatuaje y con el ceño fruncido estábamos deshaciendo el círculo, yo hacía que el círculo se deformara porque mi silla estaba más alejada de las demás. 

El primero a mi derecha era un hombre de unos cuarenta años. Su esposa había muerto hace dos años y todavía lloraba abrazado a su almohada. Dudo mucho que se haya duchado desde entonces porque su cabello era un desastre. No hablaba, tampoco miraba a los demás, solo mantenía la vista fija en el suelo. La siguiente mujer después de él era Yann. Era drogadicta. Su hijo falleció hace más de diez años y ella seguía poniendo su plato sobre la mesa cuando era hora de cenar. Había muchos más ejemplos como estos, unos más fuertes que otros. Sin embargo, la mayoría estábamos aquí porque habíamos perdido a alguien. 

Yo intentaba ponerme en sus zapatos, creer que ellos me entendían, saber que había más gente como yo o incluso peor. Pero lo único que podía sentir ahora era dolor de estómago. Quería estar de vuelta en el departamento que compartía con J y Nicky. Era obvio que su padre lo financiaba. Pero solo por un momento hasta que yo lograra conseguir un trabajo aquí. No es como si a Londres le gustara saber que ya tenía un historial delictivo. 

Por ahora vivía aquí, en la clínica. Tomaba medicina para la depresión y esta me hacía tener sueño la mayoría del día. Me ponían a hacer ejercicio y me hacían comer a mis horas. Decir que esto era como una cárcel era mitad verdad. En la cárcel te privan de tu libertad. Aquí hay muchos espacios abiertos y puedes andar por el edificio a la hora que quieras mientras asistas a tus citas con el psiquiatra y mientras vayas a los cursos matutinos. 

Sí, estaba completamente aburrido. 

Ver a Brendon todos los días tampoco era de mi agrado. Me preguntaba sobre los cursos y también sobre lo que estaba aprendiendo día con día. A cambio de mis palabras él me informaba de la vida diaria de J y Nicky. Además de que me dejaba responder algunas llamadas que Rain hacía para mí. Una vez hasta dejó que Gemma me visitara y estuviera conmigo todo un día. 

Era honorable el tratar de componer tu vida, pero realmente era aburrido. No sabía cómo la gente lograba hacer que todas tus asquerosas decisiones, las que habías tomado hace mucho tiempo, se repusieran en tu presente. Por ahora nada funcionaba conmigo. 

Yo sentía que no estaba haciendo ningún progreso. Prueba de ello eran las juntas con mi grupo de ayuda. Nunca hablaba. No me gustaba queme conocieran, no les conocía y todos estaban llenos de depresiones. ¿por qué tendría qué contarles de las mías? Suficiente tenían ya.

-Harry… -alcé la mirada, de nuevo todos con sus ojos acusadores me observaban casi como queriendo arrancar mis secretos de mi pecho. 

- ¿Qué?

- ¿Hablarás hoy con nosotros?

- Paso –respondí y volví la vista hacia la ventana más cercana. 

PD: I Love YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora