Me llamo Park Jimin. Tengo 17 años, y sean bienvenidos al infierno de mi vida.
Vivo con Jungkook, el cual es mi padre. Lo trato de su nombre, ya que me ah dejado mas claro que el agua, que se avergüenza de mi. No tengo notas muy destacadas, supongo que es por eso...
Ya Jimin. ¿Porque mejor no te cambias que llegaras tarde a la fiesta de Taehyung?. Pensó.
Cerro la tapa del cuaderno, donde segundos atrás hacia una descripción de él. Era más una carta, aún que todavía no sabía con certeza hacía quién iba.
Rápidamente comenzó a vestirse. Se colocó una camisa blanca con unos jeans. Mientras peinaba su cabello, con los dedos de sus manos, frente al pequeño espejo de su cuarto. Escuchó unos pasos aproximarse. Me di media vuelta encontrando me con la mirada curiosa y sorprendida de Jungkook.
—¿A dónde crees que vas Jimin?
—A la fiesta de Taehyung —Dijo con un tono bastante obvio.
—Bien —hizo una pausa acercándose. —Volveré a preguntar —Dijo, mientras agarraba el brazo ajeno. —¿A dónde crees que vas sin mi permiso? —Agregó, mientras ejercía mas fuerza en el agarre.
—Ya suelta, me haces daño —Dije quejandome, pero este hizo caso omiso. —¿Me puedes soltar? Me dejaras una marca y no tengo ganas de dar explicaciones que el demente con el que vivo me hizo eso —Dije elevando mi tono de voz. Un fuerte ruido y seco, se escucho en aquella habitación.
—¡A mi me respetas y no me levantas el tono, porque soy tu padre! —Dijo Jungkook apretando cada vez más el brazo de Jimin, haciendo que este soltara quejidos de dolor. Aún así no daría su brazo a torcer.
—¡¿Padre?! ¡Solo dices eso cuando quieres! ¿ O acaso debo recordarte como me trataste aquel día? —Dije realmente molesto. Cuando sentí que aflojo su agarre me solté. Tome mis cosas y salí rápidamente de la casa.
Padre. ¡Ja! Solo lo es cuando quiere. Ni se preocupa por mi.
Apenas llegué, corrí y entre en la casa de Taehyung. Rápidamente el clásico olor a tabaco, y alcohol, inundó mis fosas nasales. Las fiestas últimamente siempre eran iguales.
—¡Hey Jiminie! —Me llamo Yoongi. Rápidamente me lance a sus brazos, buscando algún tipo de consuelo. —¿Todo bien? —dijo mientras lo tomaba de la cintura.
—Sí —Dije con media sonrisa. Nos pedimos unas bebidas y fuimos a la pista, la cual se encontraba llena de gente. Yoongi ya estaba un poco más ebrio. Nos pusimos a bailar cuerpo contra cuerpo, al ritmo de la música. Tenía mi nuca, apoyada en su hombro mientras movía mis caderas. El deslizaba sus manos desde mi cintura a mi cadera. Mordió el lóbulo de mi oreja y luego bajo a mi cuello. Sentir su respiración en mi cuello, hacia que corrientes eléctricas pasen todo mi cuerpo hasta la punta de mis dedos.
Tomó mi mano y nos fuimos hacia el pasillo. Al llegar ahí, me acorralo contra la pared y sin esperar más, atacó mis labios. Era un beso desesperado. Nuestras lenguas hacían una especie de batalla entre ellas, hasta que sentí, que Yoongi se alejo rápidamente. Abrí mis ojos y me encontré a Jungkook golpeando a Yoongi.
—¡Hey! ¡Jungkook! ¡Alejate de él! —Dije desesperado, mientras lo tomaba de los hombros, intentando de alejarlo. Se separo de Yoongi y me tomo de la muñeca, arrastrándome hasta donde el estacionamiento.
—¿Quién era? —Dijo, una ves que llegamos al frente del estacionamiento.
—¡¿Porque lo golpeaste?! —Pregunte mientras lo miraba a los ojos. Esos ojos que desprendían odio y rechazo puro.
—¿Quien era? —Volvió a preguntar. —¿Porque te beso? —Agrego molesto.
—¡¿Y a ti que te importa?! ¡Era mi novio! —Espera, ¿Que? solo eramos amigos, y estábamos un poco pasados. Hay Jimin, las has cagado en serio. Jungkook me tomo del brazo fuertemente y me tiro dentro del auto. Luego de que el subiera del lado del piloto, nos dirigimos rápidamente a mi casa.
Entro pateando la puerta,mientras me tenia fuertemente agarrado de la muñeca. Fuimos a mi cuarto, y me tiro contra el fuerte y frío piso.
—¡Oye! ¿Que mierda te pasa? —Pregunte molesto.
—¿Porque se besaron?
—¡¿Otra vez lo mismo?! -Dijo gritando el menor.
—¿No entendiste lo de hoy? —sacó su cinturón y lo dobló a la mitad. Miedo se podía reflejar a simple vista en mi mirada. En un abrir y cerrar de ojos, se encontraba tirado en el piso, sollozando, mientras su cuerpo recibía cada vez más golpes.
—A ver si así me comienzas a respetar —Dijo mientras se colocaba el cinturón de cuero.
—M-mamá....¿Por qué te fuiste? — dijo entre sollozos, mientras dejaba caer su cabeza contra el frío piso, y veía como sus zapatos de un cuero brillante negro se alejaban, dejándome tirado en aquella sola y fría habitación.
En la mañana, se levanto con su espalda dura. Le dolía todo el cuerpo. Se paró despacio del piso y se dio una ducha. Cuando salió, se coloco unos boxers. Un ruido en la puerta -la cual se encontraba cerrada- le llamo su atención.
—Pase — se dio cuenta que no era su padre sino Lupe, la sirvienta. Para Jimin, Lupe no era solo una sirvienta, para él era parte de su familia.
—Jimin, cariño —habló triste, al ver el cuerpo del peli rubio que se encontraba frente a ella. —Tú padre me mando a traerte el desayuno para que no llegues tarde a la escuela, pero nos demoraremos en curar tus heridas. —Dijo mientras entraba al baño para sacar el botiquín.
Cuando Lupe comenzó a pasar la gasa por las heridas de Jimin, este no podía evitar gritar y llorar de dolor.
Tenia la mirada baja, clavada en su café. La imágenes de la noche anterior se repetían una y otra ves en su mente, llenando su pecho de angustia y culpa.
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¡Papá! Quiere me al menos un día |km|
FanfictionJimin se encontraba llorando en su habitación. Si poder soportar mas, cogió una pequeña maleta y guardo todas sus pertenencias. -Papa -lo llamo-¿Podrías quererme tan solo sea un día? -Continuo mientras lagrimas caían de sus ojos. -Lo sabia -Agrego...