𝘊𝘪𝘯𝘤𝘰

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El sol se asomaba sobre el pequeño hueco que había en la cortina. Era un día muy soleado. Recordó la fecha y rápidamente, alegría y euforia sentía en su pecho.

Bajo rápidamente hacia la cocina, donde fue sorprendido por sus tíos, con un rico pastel de crema blanca, relleno de crema y chispas de chocolate.

-¡Esta delicioso! -dijo eufórico Jimin, junto con una sonrisa. -Muchas gracias, tíos. Este esta siendo el mejor cumpleaños. -los abrazo y luego de terminar el desayuno, levantaron todo y limpiaron el lugar.

En el patio de la casa de Taemin, su tío había una pequeña huerta de frutillas dulces y rojas, similar al color de las manzanas. No tenía mucho que hacer allí, por eso, siempre trataba de ver como iba el huerto. Las plantas estaban creciendo y tan solo eso, lo hacía feliz.

Se sentía tan libre. El fresco aire puro y el sol cálido que recorria todo su cuerpo, lo hacían feliz. Recordar como corría libre antes en ese patio de pequeño.

Un suave tacto en su hombro, lo hizo sobresaltarse, un poco asustado por el tacto.

-¿Te encuentras bien? -le preguntó preocupada Gan, su tía. Jimin solo asintió. -Estaba llamandotr pero no respondías. -elevo su mano pra luego tocar el cabello rubio y brillante del menor. -Alguien te espera en el salón. -dijo separandose.

Ambos se dirigieron al salón, donde se encontraban dos hombres. Uno era su tío y el otro...

-¿Papá? -dijo con voz quebrada, al ver ese sujeto parado con un ramo de flores. Pequeñas lagrimas traicioneras se deslizaron por su rostro, pero fueron rápidamente quitadas.

-Feliz cumpleaños, hijo -dijo con una sonrisa.

Hijo...

Esa palabra resonaba por toda su cabeza. Hacia años no lo llamaba de aquella forma, que él tanto amaba escuchar. Sin poder resistir un.segundo más, corrió hasta los brazos de su padre, hundiéndose ambos en un fuerte abrazo.

-Lamento lo que paso, Jimin. Fue un error yo...-fue interrumpido por Jimin quien lloraba sin descanso.

-No, papá. Perdóname tú a mi. No debí huir así de casa, lo lamento mucho. -hablo apenado. Jungkook sin decir alguna palabra, lo tomo de la cintura para poder abrazarlo fuertemente como antes.

Los cuatro juntos almorzaron y horas después Jimin tuvo que despedirse de sus tíos.

-Algún día vendré a visitarlos de nuevo -se despidió y subí al auto, junto con su padre.

El auto arrancó, y con esto su camino a casa. Ambos iban muy callados. En un intento de romper el silencio, Jungkook puso "Show me love" de Hundred Waters, un remix echo por Skrillex. Ambos empezaron a mover un poco sus cabezas, al escuchar los ritmos de la canción.

Jimin estaba ocupado mirando por la ventana, el paisaje. Ama como estaba siendo ese día. Estaba siendo muy perfecto para ser real.

-¿Puedo bajar el vidrio? - le pregunto a Jungkook, el cual asintió.

Bajo el vidrio, y lentamente sacó su mano. Esta fue envuelta de la fría brisa y la luz cálida del sol. La canción era perfecta. Todo estaba siendo perfecto. Estaba muy feliz de que todo estuviera marchando excelente.

-¿Donde quieres ir? -le pregunto Jungkook. -Será tu regalo -añadió junto con una sonrisa.

Jimin pensó unos segundos.

-Solo quiero caminar un rato por el parque, luego quiero que ambos subamos a la vuelta del mundo.

Jungkook asintió y se dirigieron allí.

Caminaron un rato por el parque, hasta que lentamente comenzó a anochecer.

-¿Subimos? -le dijo Jimin.

Ambos se formaron en la fila, luego de comprar los tickets para subir.
Estaba llendo todo de maravilla, peor detrás del hombro de Jungkook, Jimin pudo ver una figura bastante familiar. Era Yoongi y sus amigos.

-¿Qué tanto miras? -le preguntó Jungkook, dándose media vuelta. Al ver esos sujetos, sintió su sangre arder.

No, no podía arruinar el cumpleaños de su hijo. Tomo una bocanada de aire y resistió no decir nada.

-No te preocupes y disfruta -le dijo Jungkook, para luego darle el ticket al hombre y subir al juego mecánico, junto con Jimin.

Cuando el juego comenzó, lentamente empezaron a subir.

-¡Mira que alto estamos! -dijo sorprendido Jimin, al ver como las personas se convertían en pequeños puntos debido a la altura.

Jungkook lo miraba con cariño, junto con una sonrisa. Le alegraba mucho ver así a su hijo. Ya no quería que ninguno sufriera más.

Jimin se dio media vuelta, encontrándose con la mirada de su padre. Sentía una fuerte conexión y ambos lentamente comenzaron a acercarse.

Jungkook elevó lentamente su mano hacia la mejilla del menor, para luego acortar la distancia entre ambos y unirse en un beso. Era un beso tierno y lento correspondido por el contrario. Se separaron a falta de aire, entre suspiros.El mayor unió ambas frentes, conectando nuevamente sus miradas.

—Ya no quiero sufrir más...—susurro Jimin, sobre los labios de Jungkook, mientras una lagrima se deslizaba por su mejilla.

El menor miro una vez más al mayor, para luego tomar la iniciativa y fundirse en un beso profundo y algo desesperado.

El beso fue subiendo la intensidad, al igual que los latidos de ambos corazones. Cuando se separaron, Jimin se encontraba sentado sobre Jungkook, quien lo miraba con cariño.

-Prometo no hacerte sufrir más...-dijo para darle un casto beso en los labios.

Ambos se separaron y se arreglaron, para esperar a que el juego frenara y pudieran bajar de la cabina del juego mecánico.

Volviendo al hogar de ambos, Jimin se durmió. Sin duda alguna, había sido su mejor cumpleaños.

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¡Papá! Quiere me al menos un día |km|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora