Onanismo

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Miradas nacientes en labios de visita. He llamado a tu puerta para que me digas querida. Gafas cayendo, sujetador de enemigo. Tobillos ardiendo por desnudarse en tu piso.

Doy vida a la barra para colgarme de piernas: dando hasta mañana suspiros que sean tus garras. Agarra mi falda, excita mis ganas.

He llamado a tu casa y beso el pomo de la puerta. Responde a la llamada, mi cuerpo grita que me lleves a la cama.

Me amo a mi misma, amo tocar mis campanas. Prefiero dedos que me pertenezcan, que manos que arañan.

Prosa poética del sol naciente. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora