Vuestra Historia

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Todo empezó con la búsqueda de un cobijo a los llantos de cada corte por tus daños y a que le compartieses perfume por caer con otro cigarro.

Pasaron a ser besos que calentaban tus diciembres.

Érais gotas de diferentes ríos que colisionan en un mismo vaso. 

Fueron sólo abrazos en tiempos de tormenta que fingen un paragüas de caricias.

Pero, mientras desnudas las cortinas de mi cuarto y muestras las delicias de tu cuerpo, confiésame un te quiero. 

Y todo termina donde comenzó la historia, en una nueva trayectoria de lágrimas y pañuelos que consuelen cada invierno.


Prosa poética del sol naciente. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora