11. No me vuelvas a pedir perdón.

37 2 0
                                    

Carta para Daniel, en respuesta de su carta:

¿perdón? no soy una divinidad adorada para perdonarte, y si lo fuera, evaluaría ciertos criterios para bendecirte con mi perdón, criterios, que pondrían a prueba la veracidad de tus palabras, y sobre todo el arrepentimiento sobre tus actos. Yo, como divinidad, al menos tendría entre mis posibilidades, perdonarte, pero no, soy una simple mortal, herida y destruida, sin la necesidad de hacer ninguna evaluación y únicamente determinando que todos tus actos, tus palabras, y tu mismo, son una mentira, mentiras que tome por verdades en su momento, y que me hicieron escalar a un cielo de ilusiones que se desplomo en el momento justo en que leí el primer mensaje.  Te pensé mas inteligente, aunque acepto de igual manera, que me creía mas ingenua, tal vez tu también lo creíste, y por esto mismo supusiste que tener mas de una amante, y que yo no lo supiera nunca, seria un plan sencillo que no requería de mucha elaboración,  pero no me conocías, y yo tampoco me conocía, y no tuve en cuenta los limites cuando leí un mensaje en la pantalla que te prometía sexo voraz,  e imágenes que alimentaran tu miembro hambriento de carnes que no eran mías.  El corazón no me respondía, debía estar latiendo en alguna dimensión paralela, pero en la que mi mente se encontraba, no lo sentía, de la misma forma en que no sentía mis piernas, de la misma forma en que no sentí las lagrimas en mis ojos, a pesar del dolor tan inmenso que estaba sintiendo. Hablemos de ese dolor, del que eres responsable, por el que me estas pidiendo perdón.  De niña, casi adolescente, estaba jugando fútbol en el parque con mi hermano, y de alguna forma, que aun no comprendo, y no se en que momento, tropecé con algo invisible, escuche en el momento de tocar el suelo, el sonido casi imaginario de como se rompían mis huesos, me había roto la pierna y el brazo al mismo tiempo, y el dolor que sentía, físicamente, me limitaba de llorar, o de expresar sonido si quiera, solo podía ver el cielo y sentir, con ganas de gritar, llorar, o suplicar que de alguna forma detuvieran el dolor, después de eso estuve en silla de ruedas tres meses, dos meses en muletas y finalmente pude volver a caminar y mover el brazo, aunque gracias a los tornillos que tuvieron que colocar en las rupturas, a veces aun me duele cuando hace frió. Cuando termine de leer los mensajes, con Karen, con Angie, con Natalia, sentía únicamente el dolor del brazo, pero entonces leí los mensajes con Manuela, y escuche otra vez, como algo dentro de mi, al tocar la realidad se rompía, y era como si quebraran cinco veces mas lo que ya me había roto antes.  todos hemos escuchado o leído esa frase que dice: Podría soportar que besaras a alguien mas, pero no podría soportar, el que lo quisieras. A ella la querías, y yo no pude soportarlo. Esa noche, recuerdo que entre todo, te mire con asco, te mire con odio, te mire como si me hubieras disparado, no dormí, el dolor no me dejo, no llore, porque el dolor no me dejo, y no te dije nada, porque el dolor no me dejo.

¿aun sientes que el perdón es suficiente? ¿aun sientes que el perdón me va a devolver todo lo que me arrebataste? Esa misma divinidad que te hubiera perdonado, sabe, sabe que yo te ame como nadie, estoy segura, te amara, y que por ti, la vida hubiera dado si hubiese sido necesario, sin pensarlo dos veces, pero a ti no te importo a pesar de saber que yo te amaba, y lo hacia de verdad y durante todo el tiempo juntos me dedique a demostrártelo, el amor no fue mutuo, pero hacerme pensar que si, solo añade un punto mas a la lista de las razones porque las que no podría perdonarte. Dime por favor, si tu siento yo, y yo habiendo hecho lo que tu, ¿me perdonarías? 

CUENTOS CORTOS DE MALOS AMORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora