Capítulo 6

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Adrien caminaba de un lado a otro, estaba demasiado nervioso, el maestro lo dejo solo por unos minutos para que pueda pensar con más claridad, pero le fue imposible, nada venia hacia su mente, tenia vagos recuerdos de esa época, y para el todo esta bien, no había errores, ni arrepentimientos, ¿que sería entonces?

─Traje esto.

Hablo el adulto ingresando nuevamente en la habitación, el modelo se da la vuelta para quedar frente a el, y ser sorprende al ver que este tenía ropa y lo que parecía ser el emboltorio de una tintura.

─Es de suma importancia que Ladybug no sepa tú identidad─ comento serio ─¿Tinte rojo o negro?─ pregunto depositando las cosas sobre una mesa

─Diría rojo, me vería genial en el─ suspira ─Pero no quiero ser Nathaniel, negro sera─ bromeo tratando de olvidar su nerviosismo

─Te deje todo lo que necesitas Adrien, ropa, tinte, y hasta lentes de contacto─ hace una leve pausa ─Cuando estés transformado lucirás como si no hubieras cambiado tu apariencia, Plagg se encargará de eso, así ella no sospechara y podrás estar sin transformación de una forma más aliviado

─Gracias maestro, que haría sin usted

─Es mi deber como guardián─ te dejo para que estés tranquilo.

(. . .)
Futuro

La mujer de traje negro corría a toda velocidad observando con detenimiento los edificios a su alrededor, todo estaba vacío, su temor se hizo presente, tenia vagos recuerdos, el poder de Hawk Moth combinado con el de las Diamantes estaba nublando su juicio, pronto seria un soldado más a disposición de las tiranícas matriarcas y eso seria un gran problema.

De pronto un sonido la saco de aquel silencio abismal que la acompañaba, era un sonido similar al que hacian sus pendientes antes de terminar su transformación.

Miss fortune.

Interrumpió una voz, ella detuvo su marcha y se arrodillo, de sus pendientes salio una luz y frente a ella una imagen se creó.

Estatus─ pregunto seria

─Sigo sin encontrar al individuo─ respondió sin ánimos

Diamante Amarillo no quiere fallas, encuentralo antes del próximo reporte o veras lo que es desafiar a nuestras líderes.

La comunicación se corto, la mujer se reincorporó y volvió a correr, tenia que encontrarlo cuanto antes si no quería sufrir más de lo que ya había sufrido.

(. . .)
Presente

─Me veo genial de negro.

Exclamo el modelo, su kwami lo miraba extrañado, no entendía como este podía emocionarse tanto por cambiar el color de su cabello, los humanos si que eran raros.

─Tus ojos─ comento el ser al ver que estos también habían cambiado

─Se ven genial, ¿no crees?─ la criatura asintió ─Los lentes de contacto son una gran ayuda para cambiar el color de tus ojos, ahora si que no soy yo

─Bueno galán, es momento de volver con tu chica─ comento picaro

─Tengo que arreglar como me quedaré con ella sin causarle problemas─ acotó pensando en algo

─No te preocupes, el maestro tiene una idea.

Los tres salieron de la tienda y caminaron hasta la casa de la chica, Adrien tenia tiempo sin caminar en paz por las calles de la ciudad, hasta ya había olvidado lo bella que era, los últimos años de su vida solo podía correr por ellas, huyendo de los droides y soldados de la autoridad, siempre temiendo ser atrapado o no poder ayudar a los civiles que estaban en peligro.

─Por tu vista las cosas en el futuro son más peores de lo que imagine─ acotó el anciano viéndolo de reojo, el solo se limitó a asentir ─Disfruta el momento, cuando arregles todo, nada habrá sucedido

Continuaron caminando en silencio, por suerte era un día soleado, ya ni siquiera recordaba la calidez de este, las naves de la Autoridad se encargaban de tapar la luz del sol, decían que así mantenian a la población más débil, y asi eran mas fácil de controlar.

Al cabo de unos minutos de caminata ambos hombres pararon frente a la fachada de la panadería Dupain-Cheng, se miraron fijamente durante unos segundos y luego entraron a paso tranquilo, allí los esperaban el matrimonio que atendía el lugar, Adrien sintió vacío en su interior y una extraña sensación en el estómago, ese lugar le traia muy buenos recuerdos, la calidez y la sonrisa de los contrarios lo llenaba de paz, mataría por poder volverlos a abrazar como la familia que solían ser.

─Buenas dias─ hablo Fu con tono tranquilo

─Buenos dias─ respondió Sabine con el tono más dulce que podía tener ─¿Que se les ofrece?─ pregunto acercandose a ellos, Adrien reprima sus instintos de querer abrazarla, las malditas Diamantes también le habían quitado el amor de la familia de su amada

─Escuche que están por viajar fuera del pais─ comento el maestro, el recién teñido se sorprendió no sabia de eso

─Así es señor, la panadería estará cerrada por un buen tiempo, lamento si nos va a necesitar de aquí en adelante─ respondió con una gran tristeza al comentario del anciano

─Es una lastima, escuche también que buscan un niñero─ agrego rápidamente la señora de sorprendió

─Si, pero no hemos conseguido nadie aun, y necesitamos con suma urgencia alguien que cuide de nuestra hija, ella por sus estudios no nos puede acompañar─ dijo con acompañarlo de desesperación

─Tengo la solucion─ contesto este con una sonrisa ella se ilusionó ─Mi sobrino Jake puede encargarse de ella tranquilamente, estará estudiando aqui por unos dias

─¿¡Enserio!?─ pregunto fijando su vista en el joven

─C~Cl~Claro, si usted confía en mi─ respondió lo más modesto que pudo

─Un joven como tu con estos modales, es completamente confiable.

─Me halaga señora─ contesto haciendo una leve reverencia

─Muchísimas gracias por haber venido, de verdad estaba entrando en pánico, mi hija es una chica adorable no se porque nadie quisiera cuidarla─ hace una pausa ─No es que lo necesite pero tampoco la pienso dejar sola

─Entiendo─ acotó Fu, Adrien asintió

─¿Cuando se van?─ pregunto el ex rubio con un tono muy curioso

─Te voy a ser sincera, nos tenemos que ir mañana─ suspira ─Pero como no conseguíamos alguien que cuide de nuestra Marinette, y su abuela Gina no estaba disponible, íbamos a viajar la semana próxima, un día antes de empezar el concurso─ hace una pausa ─Vamos a un concurso de pasteleros no se si les dije, es en Londres, el famoso Bake Off, con Tom estamos muy emocionados.

─Les deseo mucha suerte─ hablo el pelinegro con mucha tranquilidad en su voz ─Si así lo desean, pueden viajar tranquilos, su hija estará en muy buenas manos

─Eres un encanto, de verdad, mucho más gracias

La mujer se alejo de ellos y se acerco a su marido para comentarle la buena noticia, la expresión en el rosotro del hombre fue más que alegría, además se notaba a leguas que el hombre era de fiar, por fin podrían irse tranquilos sin temer que a su pequeña le pase algo.

 

Miraculous: Viaje al pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora