Capítulo 11

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El joven de pelos oscuros se levanto de la cama, su cara estaba demacrada, llorar toda la noche había dejado sus marcas, como pudo se levanto, se dio un baño y salio hacia el comedor, era lunes y su princesa debía asistir a clases; con algo de dificultad logro hacer el desayuno y en hora levanto a su amada, ella se quejo pero se levanto al instante, cosa rara en ella, desayuno y luego se preparo.

─Gracias por el desayuno─ dijo dulcemente yendo hacia la puerta ─No me lo esperaba

─Cualquier cosa con tal de complacer a mi princesa─ replico coqueto

Ella sonrió dulcemente y salio del lugar, el joven automáticamente borro su sonrisa y adoptó un semblante serio, luego camino hacia la sala y abrió una notebook que había allí, en cuestión es minutos estaba investigando sobre hechos importantes que habían sucedido en las últimas horas en el país, sorpresa fue la suya al encontrarse un artículo en un sitio de blogs, que aseguraba que la expedición francesa a la Antártida había descubierto un objeto no identificado, que según los que frecuentaban la pagina teoridaban que se trataba de algo que no pertenecía a este mundo.

─¿Que es eso?─ preguntó Plagg acercándose a la pantalla, deteniéndose en una de las fotos que adornaban el artículo

─Es una imagen de lo que se supone que encontraron─ suspira ─Estoy seguro de que vi el símbolo de la Gran Autoridad de las Diamantes

─¿Completamente?─ cuestiono dudoso, aveces la vista del chico fallaba y veía cosas que no eran ciertas

─¡Si Plagg!─ contesto molesto ─Es imposible olvidar ese símbolo, lo llevo grabado en mi mente y mis pupilas─ se levanta ─Están aquí─ golpea la pared ─No fue casualidad el golpe que dieron, lo llevan planificando desde ahora

─Eso es bueno, podemos detenerlas─ comento efusivo

─Si, pero no debemos poner en riesgo a Mari─ se gira y mira al kwami ─Debemos actuar por nuestra cuenta

─¿Podremos?─ suspira ─Recuerda el incidente con la nave, casi no la contamos

─Es diferente─ bufo sentándose nuevamente ─Estamos luchando contra un solo soldado, si lo eliminamos ahora, jamas podrá hacer que el resto de la armada llegue 

─Esta bien─ suspiro

─De todos modos hay que pensar bien lo que vamos a hacer─ rasca su nuca ─Hay que seguir investigando, e idear una manera de que Marinette no se entrometa

─Eso será lo más difícil─ se recuesta sobre el respaldo del sillón ─Ella tiene buena intuición, y no podemos mentirle

─Ya veré que hago.

Se levanta y camina hacia la puerta, toma una gorra que había sobre un aparador, se la coloca; agarra las llaves del departamento y sale del lugar dejando al kwami desconcertado, aunque eran actitudes que el suele tener, no esperaba que las tuviera en el tiempo que sillones encontraban, lo único que deseaba era que no se meta en problemas.

(. . .)
Futuro

Habían transcurrido veinticuatro horas desde el último golpe dado por la autoridad, la rebelión había sido aplastada, sus líderes encarcelados, y sus seguidores castigados, no había motivo ni voluntad para continuar con la insurgencia, toda esperanza había sido erradicada por completo; la colonia finalmente era un éxito, y todo se lo debían su más reciente y leal arma, Miss Fortune.

En la habitación de la joven una llamada aguardaba, ella llego agitada de su misión, solo quería descansar, pero eso le seria imposible, sus líderes no la dejarían, debían explotarla hasta su último aliento.

¿Donde esta?

Resono una voz a penas ella ingreso en el lugar, su piel se erizo y un escalofrío recorrió su cuerpo.

─Desapareció, busque en cada rincón y no encontré nada, es como si no estuviera aqui─ suspira ─No puedo sentir a su kwami

Espero que no trates de burlarte de nosotras─ hace una brevé pausa ─Marinette, nuestro poder va más allá de cualquier entendimiento, enfrentarnos no es una opcion, y resistirse tampoco─ el holograma se mueve siguiendo la silueta de la mujer quien se acerca hasta la joven, mirándola con sumo desprecio ─Si sabes de algo debes decirlo, no te olvides que les perdone la vida para que nos des este servicio, si no estoy conforme me desquítare con ellos

¡¡No!!─ grito arrodillandose mientras lágrimas comenzaban a descender por sus mejillas ─Se lo suplico mi Diamante, con ellos no, todo menos ellos.

Entonces deja de olgasanear, y destruí de una buena vez por todas a la rebelión, que nadie quede vivo.

Cómo ordene mi Diamante.

Y cuidado con tratar de hacer algo a mis espaldas─ agrego sería ─Porque será la perdición para todos, incluyendolos

La joven agachó su cabeza, la llamada se corto y la habitación quedo en completa oscuridad, de fondo se podían sentir los sollozos de la antigua protectora de la ciudad, ya no aguantaba más la situación, pero debía resistir, por ella; y por sus hijos.

Miraculous: Viaje al pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora