Capitulo 30

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La limusina color gris estacionó en la puerta del instituto, el guarda espaldas bajo de ella, camino a paso rápido, subió a la vereda y abrió la puerta trasera para permitirle a la asistente bajar siendo seguida por el joven modelo.

─Que tengas un buen dia─ saludo tranquilamente viendo hacia el interior del lugar ─No te olvides que hoy tienes que una cita con tu prometida

─Gracias Nathalie─ se sonroja ─No lo olvido

Después de esa breve conversación con su secretaria, y verla partir en el lujoso auto, el se paró a un costado de la entrada esperando a que su amiga llegará, tenía intenciones de hablar con ella antes que cualquiera, e intenta subir su animo lo más que podía.

Su impaciencia lo tenia intranquilo, sabía que su amiga solía llegar tarde, pero. . .¿y si había decidido no ir a clases por la pena que vivio la noche anterior?; borro ese pensamiento, seguro su niñero no iba a permitir tal cosa; y como si fuera obra del destino tras pensar tanto en ella, apareció finalmente a paso lento, su rostro reflejaba tristeza, y la sonrisa que siempre llevaba con ella hoy no estaba, en su lugar había una mueca de dolor y decepción, que se clavaba en sus pupilas como cuchillos que causaban un gran dolor en su corazon, pobre nuestro rubio; la culpa lo carcomia, se sentía la persona más horrible del mundo por haber matado la felicidad de aquella chica.

─Marinette─ saludo el alegremente mostrando una sonrisa, ella elevó su vista y al hacer contacto con el automaticamente su sonrisa regreso a su rostro

─Adrien─ contesto en tono bajo, fingía alegría y le salía muy mal ─¿Que haces aquí afuera?─ pregunto parándose a unos centímetros de el

─Me levante con un extraño dolor en el estomago

─¡Vamos a la enfermeria!─ lo interrumpió tomando su brazo izquierdo, al mismo tiempo que lo intentaba jalar hacia el interior del edificio

─No Marinette─ la calmo; ella cesó su accionar ─Quería decirte que sentía una mala sensación, llegue temprano para ver si todo esta bien, y todo esta en orden, a excepción de una cosa, ¿sabes cual es?─ ella negó ante la pregunta y el sonrió ampliamente ─Tu sonrisa mañanera no estaba, te noto triste Marinette, ¿algo te sucede?

La chica se sorprendió ante tal cosa, no podía creer que el chico por el cual solía derretirse por fin la estaba notando, aunque, le hubiera gustado que esto sucediera en otras sircunstancias y no cuando el estaba a punto de casarse, de todas formas disfrutaba del momento, después de todo anhelaba con esto todos los días.

─Algo sucedió, pero no tiene importancia─ contesto tranquila agachando levemente su vista

─Hay tiempo antes de que la clase empiece, cuéntame, quiero saber que pasa, y ver si puedo ayudarte.

Ella río ante tal acción, esta vez de forma sincera y natural, luego lo tomo del brazo entrelazandolo con el de ella, para luego jalarlo hacia adentro, esta vez el se dejó guiar, sabía que ella confiaba en el, y ahora le contaría la fatídica escena que habían vivido anoche.

─Estaba enamorada de un chico─ hace una pausa y ambos atraviesan la puerta, ingresando en el patio, captando automáticamente la mirada de todos, por la forma tan cariñosa en la que se estaban tratando  ─Pero el no me notaba─ continuo, bajando su vista ─Me entere de algo que me debasto, el tenía a otra─ lo mira de reojo, el no lo nota ya que estaba prestando atención a lo que ella decía ─Entonces apareció otro chico, el era rechazado por la chica que amaba; y como los dos nos entendíamos por tener amores no correspondidos, nos hicimos muy buenos amigos─ hace una pausa ─No se como, pero me enamore de el, al punto que ayudó a que me olvide del otro chico, le confesé lo que sentía y me rechazo, por ella─ llegan hasta la puerta del salón y entran, este estaba vació, aun faltaba para que la clase comience por lo que los demás seguían afuera ─Seguimos siendo amigos, hasta que el se dio cuenta que su amor era imposible, empezó a refugiarse en mi, sin darnos cuenta transformamos esa amistad en algo más, sin saberlo─ se acomodan en sus lugares, Adrien sigue atendiendo a lo que ella decía ─Pero por culpa de un error el tuvo que comprometerse con una chica, me juro amor, y me prometió que iba a hacer todo lo posible para dejarla, hasta anoche, que me confesó que ahora se sentía feliz a su lado, que el compromiso ya no era una molestia para el, pude ver la felicidad en sus ojos y eso me mato en vida─ sus ojos se humedecen y unas lágrimas amenazan con salir ─No siempre se puede estar feliz, menos cuando el corazón es el problema─ suspira

─Que idiota─ bufo el enojado, se odiaba a si mismo por causar tanto dolor en la persona más buena del mundo

─No te pongas mal, esto pasara, mis heridas van a sanar─ vuelve a suspirar ─El no tiene la culpa de enamorarse, y yo no puedo obligarlo a que se quede─ hace una leve pausa ─No se que me duele mas, si saber que prefiere a otra, o que me uso robando mi cariño mientras nadie le daba atención─ acotó con decepción

─No digas eso, de seguro tiene una buena razon─ ella lo mira confundida, ahora lo estaba defendiendo después de odiarlo por lo que había hecho, estaba bien o los hombres se justifican de la misma manera ─Digo. . .¿y que hay del otro chico?─ pregunto cambiando el tema, había metido la pata dejándose llevar por la impotencia de sus propias acciones

─El nunca me va a notar, jamás dejará de verme como una amiga─ suspira y fija su vista en sus ojos verdes ─Soy muy poco para el, necesita de alguien que sea de su altura

─¿Que dices?─ replicó molesto ─Marinette, nunca te vuelvas a menos preciar, eres una chica increíble, yo estoy seguro de que ese chico te va a corresponder si le decis lo que sientes

Ella sonrió, y desvío su vista, mirando hacia la entrada evitando hacer contacto con el chico.

─¿Serias capaz de dejar a tu novia por mi?─ el no comprende porque ella dice eso, a que venía ese comentario

─No entiendo─ replicó muy confundido intentando hacer contacto visual con ella

─El primer chico sos vos Adrien Agreste─ lo mira con sus ojos cristalizados, el queda en shock ─No me menosprecio, solo digo la verdad

Se levanta y sale corriendo, el intenta detenerla pero no lo logra, quedando solo en el salón completamente debastado, ahora no sólo le había hecho daño siendo Chat Noir, sino que siendo Adrien también la lastimaba, ambas caras de la misma moneda, la hacían sufrir con la misma intensidad por el mismo problema.

Miraculous: Viaje al pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora