Capítulo 11.

1K 51 10
                                    

Algo sedoso y suave se deslizo por un lado de mi nariz, apreté más los ojos y escondí mi cara contra la almohada, una carcajada baja se filtró en mis oídos y perdí los papeles resignándome a no volver a dormir. Estaba ligeramente de malhumor porque la gripe no se había ido por completo y mi nariz se sentía irritada, Carter movió mi hombro y yo gruñí ganándome en respuesta otra risita.

-¿Qué? - solté de mala gana.

-¡Buenos días, rayito de sol!- replicó con sarcasmo.

Gemí con fastidio y me acosté sobre mi espalda para verlo.

-Vamos a salir, toma una ducha y ponte algo cómodo - dijo suavemente.

-¿Para qué? ¡Es sábado y son las siete treinta de la mañana! - musité

Se encogió de hombros y se levantó dirigiéndose a la puerta, él ya estaba bañado y vestido con unos vaqueros y una camisa básica blanca.

-¡Oye, no me respondiste! - grité irritada.

-Es una sorpresa - contestó simplemente en una risita.

Me paré de la cama y lo maldije por lo bajo.

-¡Escuché eso! - dijo fingiendo sentirse dolido.

-No lo habría dicho si no hubiera querido que lo escucharas - chasque de vuelta, tan rápido como lo dije él se acercó a mí con grandes zancadas, su mano se elevó mientras daba la vuelta a mi alrededor.

Estuve momentáneamente confundida hasta que el malestar chasqueo en mi glúteo de derecho, el dolor barrió en mis terminaciones nerviosas y me sentí como una niña de nuevo ¡Me había dado una nalgada!

-¡Eso dolió! - mi tono no pudo evitar salir como el de una niña rica quejumbrosa.

-No lo habría hecho si no quisiera que lo sintieras - soltó en un bufido.

-¡Esa es una forma muy fea de usar las palabras de tu esposa en su contra! - chille mientras lo veía salir de habitación. Su risa se perdió a medida que él se alejaba por el pasillo.

Cuando el agua fría de la ducha impacto contra mi trasero salté inmediatamente por el dolor, Carter y sus maneras de cavernícola. Había algo en él...

Quizás lo que me enamoraba era su extraña forma de mirarme. Había cierta dulce perversión que me fascinaba y aún cuando me resistía, me envolvía en la calidez de su deseo.

Country sonaba a través de los altavoces de la Escalade, Carter sonreía y manejaba sosteniendo una de mis manos, Sarah Darling empezó a cantar sobre alguien que lucía como Georgia y salté para darle un beso en la mejilla a mi lindo esposo por haber recordado que esa era mi canción favorita. Tarareé junto a la rubia y él se rio meando la cabeza, vía a los Hamptons con un hombre de buen mirar que daba la casualidad de ser mi esposo era realmente relajante.

Suspiré suavemente como una adolescente enamorada cuando Carter abrió la puerta del pintoresco restaurante para mí, el me guiñó un ojo, juguetón y lideró nuestro camino a una mesa. Cuando nuestros platos estuvieron frente a nosotros y la amable señora se hubo alejado le sonreí al tío con el ceño fruncido y su nariz enterrada en el teléfono.

-¿Todo está bien, cariño?

Desvió por completo su atención del teléfono y me sonrió ampliamente, rara vez dejaba al mundo evidenciar tal sonrisa de marca, eso me hizo sentir especial. Demonios, estaba empezando a pensar como una chica quinceañera con su primer novio.

-Tom y un mensaje sobre como a Verónica le gusta explotar sus pelotas - explicó con humor.

-¿A qué se debe tu mala cara? - pregunté ajena a la relación entre la Sra. Harper y Tom.

Serie, La esposa del magnate #1. A marriage only in name.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora