Capítulo 18 - NO IMPORTA

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NO IMPORTA


Han pasado un par de días desde que desperté en el hospital y hoy por fin me dan el alta. Tengo muchas ganas de salir de la cama y de estas cuatro paredes. Quiero sentirme útil, hacer algo pero tengo la pierna escayolada y me es imposible moverme.

- ¿Estás lista? – me pregunta Marco entrando por la puerta de mi habitación.

- Sí – le respondo sonriendo al verle – tengo ganas de salir de aquí y de tumbarme en el sofá de mi casa – respondo con ganas.

- Oh no señorita – me dice acercándose a mí y agarrando mi mano – usted no va a ir a su casa – me dice tierno acariciando mi mejilla – tú te vienes conmigo a mi casa – me dice y yo le miro sorprendida.

- No de eso nada Marco – le digo – tienes demasiadas cosas que hacer, no quiero ser una carga para ti – le digo mirando al suelo.

- Tú no eres ninguna carga para mí – me dice mientras me alza la mirada – lo único que quiero hacer ahora es cuidar de ti – me sigue diciendo.

Posa su frente sobre la mía y acorta la distancia para plantarme un beso casto en los labios.

- Ahora vamos, deja que te ayude a levantarte – me dice mientras me coge de las manos.

Me ayuda a incorporarme y me sienta en la silla de ruedas. Recoge todas mis cosas y empuja la silla hasta la salida. Llegamos hasta la salida y con las muletas consigo llegar hasta el coche de Marco. Me ayuda a sentarme en él y después entra en el coche. Una de sus manos se posa sobre mi rodilla, me mira sonriendo y se acerca hasta mí. Finalmente deja un beso en mi sien y arranca el coche.

Pasamos el trayecto en silencio pero cogidos de la mano. Al llegar a su casa me ayuda a salir. Me deja un rato con las muletas y abre la puerta de su casa para dejar mis cosas en el recibidor. Después se gira para mirarme y al verme en serias dificultades por la hierba, se acerca a mí a paso rápido. Me coge en volandas, paso mi brazo por su cuello y me lleva dentro de su casa. Me deposita con cuidado en el sofá cerrando antes la puerta.

- ¿Cómo estás? – me pregunta sentándose a mi lado.

- Bien – le respondo dulcemente – mucho mejor después de salir de esa habitación – termino de decir y sonrío.

- Voy a hacer la cena – me dice - ¿qué te apetece? – me pregunta acariciando con cuidado mi pierna.

- Algo rico – respondo simplemente – prefiero que me sorprendas – ante mi respuesta Marco se ríe.

Pasa casi una hora cuando Marco sale de la cocina con los platos y los deja encima de la mesa del salón. Me incorporo para mirar que hay para cenar y mis ojos brillan. Ha preparado todo lo que a mí más me gusta para cenar: patatas fritas, san jacobos y croquetas. Si es que no me puedo quejar con él.

AMOR ETERNO 2 || RESURGIR || MARCO ASENSIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora