Capítulo 15: Nuevo hogar

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NARRA ___

-Al término de mi horario laboral me he mantenido en la oficina, esperando a que Crocodile me de el permiso de seguirlo, ya que nunca antes he estado en el estacionamiento de la compañía ni mucho menos le he visto llegar en su transporte hasta el edificio. Aún no puedo dejar de preguntarme por qué vino Donquixote Doflamingo a la empresa de forma tan imprevista, Bon Clay casi se infarta al verlo en el pasillo.-

Crocodile: Bujar, sígueme.

-Me pongo de pie y levanto el bolso con mis pertenencias que había dejado al lado del sofá. Es algo pesado, pero nada que no pueda aguantar... Si pude pelear contra Shiryuu y los demás perros, podré con todo lo que se avecine. Me detengo frente a Crocodile y él me observa de forma curiosa, parece que aún no se cree que esto es todo lo que me queda.-

Crocodile: ¿Y tus maletas?

___: No tengo.

Crocodile: Entonces, ¿Dónde traes el resto de tus pertenencias?

-Alzo el bolso con una sonrisa radiante en mi rostro. Realmente me siento aliviada que me esté ayudando tanto de esta forma... Primero un trabajo estable y bueno, luego palabras de apoyo, promesas de ayudar a la compañía Bujar cuando la haga resurgir de las cenizas y ahora un techo sobre mi cabeza... ¡Tengo al mejor jefe del mundo!-

Crocodile: ¿Es en serio? ¿Eso es todo?

___: Sí. No tengo mucho más.

Crocodile: Dame.

___: ¿Eh? ¡N-no es necesario, jefe! Yo puedo con esto...

-Antes que pueda seguir hablando, Crocodile me arrebata de las manos el bolso y lo carga de las manecillas, dejándolo caer sobre su espalda como si se tratase de un simple saco. Empieza a caminar con un puro en su boca y me observa de reojo, no me he movido del lugar... Mis mejillas arden... Realmente es muy amable y caballeroso cuando se lo propone.-

Crocodile: ¿Vas a caminar o necesitas que te cargue, también?

-Corro tras de él mientras oigo su risa burlesca por ese tonto comentario. Al haber terminado nuestro horario laboral, se supone que podemos tratarnos de una forma algo menos respetuosa de la que debe ser; seguimos dentro del edificio y me ha permitido permanecer bajo su techo hasta que consiga un departamento, por lo que no me atrevo a hacer algo que pueda comprometer mi situación aún más de lo que ya está por culpa de esa vieja que no vale ni medio Berrie.-

Crocodile: Hay una sirvienta que se encarga de limpiar una vez al día y preparar la cena. El resto de las comidas correrán por mi cuenta.

___: Lo siento jefe, pero no puedo aceptarlo. Lo menos que puedo hacer para agradecer su hospitalidad y amabilidad es ser lo más colaboradora posible, por lo que me encargaré de las comidas.

Crocodile: Eres mi invitada, no te voy a dejar...

___: Le propongo un trato.

Crocodile: Habla.

___: Un día yo cocino el desayuno y usted el almuerzo, al otro día viceversa y así.

Crocodile: Maldita sea, ¿hasta en tu vida diaria haces tratos?

___: Nunca está de más ejercer en tiempo libre.

-Sonrío y oigo que Crocodile ríe un poco ante mi comentario. Finalmente acepta mi propuesta y suspiro aliviada al saber que no seré una carga ni tampoco una especie de sirvienta que debería hacer todo. Al llegar al estacionamiento veo un hermoso auto Ford Gran Torino 1972. Sin poder evitarlo, corro hacia el vehículo observándolo con asombro sin atreverme a siquiera rozarlo por miedo a hacerle algo.-

Trabajando para un demonio (Crocodile x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora