Capítulo 24: Reunión cada dos años

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NARRA AUTORA

-Tras terminar aquella primera cita con un casto beso en la rueda de la fortuna, Crocodile y ___ volvían hacia el estacionamiento con la felicidad plasmada en sus rostros. La peli ___ (c/c) tenía sus mejillas levemente sonrosadas ya que en una de sus manos llevaba el enorme peluche mientras que la otra se hallaba entrelazada con la del empresario. Poco antes de llegar al automóvil, oyeron unos pequeños ladridos que provenían de una caja de cartón abandonada. Al acercarse a ese objeto, pudieron notar a un pequeño cachorro que no tenía más allá de un mes de vida.-

Crocodile: ¿Un cachorro?

___: Dios... ¿Quién te habrá dejado aquí, abandonado?

-Sin poder evitarlo, ___ se arrodilló junto al pequeño Husky que aullaba con tristeza por el miedo de no tener a nadie familiar cerca... Apenas conocía el mundo... El humano que le separó de su madre junto a sus hermanos le dejó abandonado cuando el resto de las personas se llevaron a sus iguales, dejándole totalmente solo. Por poco a Crocodile se le parte el corazón al ver a su amada con esa expresión tan preocupada... Ya tenía claro que la peli ___ (c/c) quería llevarse consigo al pequeño animal, pero jamás se atrevería a pedírselo... Para solicitar algo, aunque fuese un favor era realmente tímida.-

Crocodile: Llevémoslo a casa.

___: ¿Eh? ¿Estás seguro...?

Crocodile: Totalmente. No sería bueno dejarlo solo... Aunque tú serás su dueña.

___: ¿Eh? Pero la mansión es...

Crocodile: Sí, sí. Es cierto que te estás quedando conmigo y todo eso, pero si no hubiera sido porque te acercaste a la caja, no me habría dado cuenta de este cachorro... Además, parece que confía bastante en ti.

-___ observó nuevamente al cachorro que lamía con cariño su mano mientras movía amistosamente su cola. Con extremo cuidado, la chica tomó en sus brazos al Husky, aún cargando con algo de dificultad el animal de felpa; Crocodile agarró suavemente aquel premio y lo acomodó bajo el brazo del garfio para volver a entrelazar sus dedos con los de su hermoso ángel.-

___: Crocodile... ¿Por qué haces todo esto? Cumplir mis caprichos...

Crocodile: Porque me tienes vuelto loco, ___. Ya te lo dije.

___: Pero aún así... No es necesario que lo hagas... Sabes que me gustas mucho...

Crocodile: Lo hago porque quiero verte feliz. Quiero ser la causa de tus sonrisas y tu apoyo en momentos de tristeza.

___: ¿Por qué yo? Existen muchas mujeres que--

Crocodile: No empieces con eso de nuevo, Bujar. Me gustas y punto. Ante mis ojos eres más hermosa que un ángel, más dulce que el azúcar, más tierna que un cocodrilo recién salido del cascarón.

-___ no pudo contestar ante aquella declaración tan romántica del hombre que llevaba cargando su herido corazón entre los dedos. Lágrimas de felicidad caían por sus orbes ___ (c/o) mientras que el cachorro lamía preocupado la mejilla de su nueva ama... ¿Por qué la humana estaba llorando? Crocodile pudo notar las sonrojadas mejillas de la chica y apretó un poco más el agarre de su mano a la vez que sonreía totalmente enamorado.-

Crocodile: No llores más, pequeña. Que tus hermosos ojos ___ (c/o) no se vean empapados por esas lágrimas tan cristalinas y puras.

-Sin poder evitarlo, ___ rió un poco por la gran felicidad que sentía por todo lo ocurrido... Sus sentimientos eran correspondidos por el hombre que consideró prohibido... Pero él no sentía lástima por ella, sino que un profundo amor que jamás había sentido por alguna mujer... Ni siquiera con sus anteriores parejas (que resultaron ser nefastas). ¿Cómo era posible que una chica hermosa de veinticinco años se fijase en un adulto de cuarenta y seis? Además, más impresionante era que a ella no le molestase para nada el pésimo genio que cargaba constantemente en horario laboral.-

Trabajando para un demonio (Crocodile x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora