Capítulo 45: Los dos regalos

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NARRA CROCODILE

-___, los perros y yo finalmente vamos de vuelta a nuestro hogar, listos para enfrentarnos otra vez a los largos días de trabajo... Apenas tenemos tiempo para estar juntos sin preocuparnos de nada más que de nuestro amor, pero disfrutamos de nuestra relación y vida. Los canes duermen tranquilamente en la parte posterior del auto, mi adorada prometida se haya envuelta en su mundo, observando por la ventanilla el paisaje de campo que poco a poco va quedando atrás. En todas estas horas de viaje, hemos mantenido nuestros dedos entrelazados... Realmente soy el hombre más jodidamente afortunado de este mundo.-

Crocodile: ¿Vas bien, preciosa?

___: Sí, ¿y tú? ¿Todo bien?

Crocodile: Contigo a mi lado, más que bien.

-Sonrío al verla sonrojada nuevamente. ¿Quieres matarme de diabetes, ___? Porque lo estás logrando. Finalmente vemos a lo lejos los primeros edificios de la ciudad, alzándose imponentes, casi hasta llegar al cielo despejado. Es un día bastante agradable... Perfecto para ir a dar la primera sorpresa, en donde estaremos nosotros dos solamente. Sé que va a llorar de felicidad... Y espero que lo haga... Realmente llevo planeándolo por una eternidad. Viajamos por la carretera, pero decido seguir recto en lugar de tomar el primer desvío, que nos llevaría hasta la mansión.-

___: ¿Croco? Nos pasamos...

Crocodile: Sí... Es que necesito ir a dos lugares diferentes hoy.

___: ¿En serio? ¿A dónde?

Crocodile: Es una sorpresa.

-Sonrío enternecido cuando ella inclina la cabeza hacia la derecha en señal de pregunta. ¡Dios! Amo cuando hace eso... Eres tan curiosa, ___. Pareces un cachorro que apenas descubre el mundo que te rodea... Aunque sabes más de lo que pareciera a simple vista. Acaricio con suavidad el dorso de su mano con mi pulgar, transmitiéndole tranquilidad y confianza. Aunque... No debo de pensar en nada más, sino ella podría adivinar lo que planeo.-

___: ¡Croco! ¡¿Acaso--?!

Crocodile: Sí. Haremos un picnic en la cima.

-Sonrío aún más al ver un gran brillo de entusiasmo en sus ojos, al igual que sus mejillas sonrojadas y su boca abierta de par en par por la sorpresa. ¿A que no esperabas que te trajera al monte Raftel, mocosa mía? Sé lo mucho que te importa y el poco tiempo que has tenido para dedicarle, especialmente temiendo que Kurohige siguiera con su destrucción. Estaciono en la base de la colina, abriendo la puerta del copiloto, las traseras y el maletero para sacar un bolso con comida que preparé antes de partir junto a una carpeta donde llevo un documento especial... La otra será para dentro de unas horas.-

Crocodile: ¿Me acompañarías a un picnic, mi hermosa prometida?

-Me inclino un poco ante ella, extendiendo mi mano hacia ella como si la invitase a uno de esos bailes ostentosos a los que varias veces tuve que asistir. Sonrío encantado al ver que ella también hace una pequeña reverencia y entrelaza sus dedos con los míos, indicándome que piensa seguirme encantada. Los canes corretean por delante de nosotros a medida que avanzamos, pero sin llegar a desaparecer de nuestra vista... Definitivamente los entrenó muy bien Smoker... Maldito oficial... Además de instructor de ___ y entrenador de perros... Cómo agradezco que ella se fijase en mí.-

___: ¿Y esa carpeta?

Crocodile: Nada, nada. Cosas mías, mocosa enana.

___: Viejo verde.

Crocodile: Sí, también te amo.

-Tras varios minutos, llegamos a la cima. Sonrío al ver que las máquinas de construcción por fin se han retirado del monte... Por poco y destruyen este pulmón verde. Extiendo una manta en el pasto, la cual servirá como sillas y mesa a la vez; deposito la comida en el centro de ésta, sin llegar a ensuciar nada del entorno. Podemos oír un tanto a lo lejos un pequeño riachuelo que termina por volverse un gran torrente que llega hasta el océano... Creo que, incluso, puedo ver ciervos y zorros caminando cautelosamente a varios metros de nosotros y los canes.-

Trabajando para un demonio (Crocodile x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora