Hola.

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Los días habían pasado y el ánimo de Yoongi no había mejorado para nada; su rutina siempre era la misma: sonreír para sus amigos como sin nada pasará, esperar a la hora de almuerzo para quedarse solo en el salón, para llorar todo el almuerzo y luego seguir como si nada le pasará. Era realmente triste verlo de aquella manera, demasiado triste, aunque al parecer yo era el único que se había visto todo su sufrimiento, realmente él era muy bueno fingiendo frente a todos.

Mi decisión ya la había tomado, por lo que al llegar al instituto me preparé mentalmente para lo que haría hoy, pensando en todas las cosas que probablemente saldrían mal. Yo era una persona invisible ante los demás, de seguro él me rechazaría al segundo de que me acercará a él, pero también existía la pequeña posibilidad de que él si aceptará mi compañía un poco pero eso no me tranquilizaba en nada. Después de todo si me llegaba a rechazar sería algo normal ya que solo se alejaría de mí como lo hacían todas las personas. Luego de sacar aquellos pensamientos de mi cabeza, me senté en mi pupitre esperando que las horas pasaran rápidamente. De seguro se preguntaran donde encontraba Jungkook, pues él estaba en sus clases de baile ya que prontamente entrarían a un concurso y el instituto deseaba ganar, por lo que habían decidido algunos días sacar a los de la academia de sus clases para entrenar y ensayar en horas de clase.

El almuerzo había llegado antes de lo esperado, por lo que saque unos envases de plásticos y caminé rápidamente a la cafetería para calentar los dos almuerzos que había traído, para luego ir a comprar unas gaseosas rápidamente y dirigirme nuevamente al salón. Estaba muy nervioso pero yo debía hacer esto, por Yoongi. Me acerque a él y comencé a poner los envases en su pupitre, mientras él me ignoraba por completo, cosa que era anormal. Después de terminar de poner los palillos sobre su mesa y sentarme frente a él, tome la lata de la gaseosa fría y se la puse en la mejilla haciendo que él me mire. 

-Hola... Soy Hoseok y te traje de comer. -Le sonreí mientras él me miraba raro.- Vamos come es tonkatsu (chuleta de cerdo) es una de tus favoritas ¿No?

-Lo es... Gracias. -Vi como él empezaba a comer de a poco y en silencio, solo esperaba que le gustará ya que yo lo había cocinado para él, aunque hubiese gastado bastante dinero en comprar la carne, él valía todo.-

Comencé a comer tranquilamente disfrutando de aquel delicioso almuerzo, casi nunca podía comer algo así y menos con el chico que me gustaba, por lo que me dedique a disfrutar el almuerzo muy feliz. Después de 20 minutos terminamos de comer, por lo que comencé a recoger las cosas tranquilamente y botar los envases de las gaseosas. Para luego mirarlo y sonreír.

-Mañana traeré algo de kimchi ¿Sí? Espero te allá gustado mi almuerzo, lo hice con mucha dedicación. Nos vemos mañana ¿Sí?

Me despedí con la mano de él, mientras salía del salón hasta que tocaran el timbre para entrar. Me sentía muy avergonzado por todo lo que había hecho, de seguro quede como un raro delante de él, pero por lo menos se comió toda su comida por lo que le gusto... Ahora debo prepararme para mañana traerle un mejor almuerzo.

El consolador (Yoonseok)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora