¿Qué he hecho?

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Mi piso se sentía inestable y mi cabeza no dejaba de dar vueltas. Sin duda, tomar por primera vez en tu vida no era algo muy bueno si lo hacías en exceso y menos si te encontrabas en la casa de aquella persona que te volvía loco.  Me giré y pude ver a Yoongi hablándome como si estuviera totalmente sobrio ¿Cómo era posible eso? Él había bebido alrededor de tres o cuatro cervezas como si fueran agua, en cambio yo, solo había tomado una y ya me era difícil mantenerme en pie.

Me traté de levantar pero caí al piso fuertemente. Quizás si mi cerebro estuviera funcionando normalmente me hubiese dolido pero solo me puse a reír como una yena, de seguro me veía hermoso cuando me reía como una foca. Los brazos de Yoongi me rodearon y comenzó a preguntarme como me sentía y si me había lastimado. Le dije que no, realmente no deseaba preocuparlo mucho, después de todo fue solo una simple caída. Aunque traté de parecer serio, sabía que mi rostro estaba rojo como un tomate. Es que ¿Cómo no estarlo? Todo el cuerpo de Yoongi estaba apegado a mí ¡Todo! Podía hasta sentir su... ¡Que vergüenza! Era increíble pero Yoon tenía todo su cuerpo marcado, cosa que hacía que me pusiera aún más nervioso al tenerlo tan cerca. Me pregunto como será hacer el amor con Yoongi, de seguro el sería muy cuidadoso conmigo al ser mi primera ¡¿Por que tenía que ser heterosexual?! Si él no lo fuera yo sería el ser más feliz de todo el universo, pero como no todo es perfecto él tenía que ser heterosexual.

Me encontraba caminando a la habitación de mi amor platónico con su ayuda obviamente, sólo no hubiese llegado ni a la puerta de la casa, de seguro hasta me hubiese dormido antes de lograr llegar a algún lado. Su cálidos brazos me hacían flotar por sobre los pasillos de su departamento, me sentía como en un sueño, como en un cuento de hadas.  Escuché un ruido , que por lo que deducí era la puerta de la habitación de Yoongi. Me giré y pude confirmar mi teoría, sin duda la habitación de Yoongi debía ser perfecta como él, debía tener tantas cosas de mi Yoon que estaría feliz de vivir mi vida allí. Al entrar pude ver una amplia recamara, con una cama en el centro y con una decoración algo minimalista, cosa muy rara en un deportista, de hecho yo me esperaba una lugar todo desordenado y lleno de ropa sucia tirada en el piso pero me equivoque ya que todas sus cosas se encontraban en un perfecto orden. Traté de caminar y así poder inspeccionar el lugar, para mi mala suerte tropecé debido a la cantidad de alcohol que se encontraba en mi cuerpo.


-Hey con cuidado, no quiero que te vuelvas a caer. Definitivamente ya no te daré nunca más alcohol, es un riesgo para ti.


Su voz, su masculina voz lleno toda la habitación rompiendo aquel silencio que había entre ambos. Traté de hablar pero él no me lo permitió ya que se acercó a mí y me rodeo suavemente con sus brazos, para caminar de espaldas hacia su propia cama. Aprovechándome de la situación, me acurruque a su pecho, dejando así, que mis fosas nasales de llenaran de su delicioso aroma, el que me hacia sentir protegido. Todo era perfecto pero como siempre yo tuve que arruinarlo. Debido a mi mal estado me tropecé haciendo que ambos cayéramos a la cama de mi amor platónico, él solo se rió pero yo me puse demasiado rojo nuevamente. Había caído sobre Yoongi y en estos instantes me encontraba sobre él, demasiado cerca de sus labios, demasiado cerca de él. Sabía que me arrepentiría de esto pero no pude evitarlo. Con una lentitud única, subí mi mano suavemente y acaricié la mejilla de aquel lindo deportista; su barbilla era suave, simplemente perfecta. Me sentía algo incómodo ya que su mirada me penetraba de una manera expectante, como si él deseará lo mismo que yo. Terminé por acortar la distancias entre ambos y besé suavemente aquellos labios que me atraían desde hace mucho tiempo; el beso era algo torpe, suave y lento, después de todo este era mi primer beso y era con la persona que amaba.

El consolador (Yoonseok)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora